ELPAIS.COM
Desde la contundente victoria del peronista Alberto Fernández en las primarias, Argentina y su mercado financiero han encendido la luz roja. Fernández lleva en su candidatura a la expresidenta Cristina Kirchner como vicepresidenta. El peso ha perdido más del 30% de su valor, la inflación se ha disparado y las acciones argentinas se han desplomado. Ante un nuevo colapso económico y con el dólar por encima de los 60 pesos, el Gobierno de Mauricio Macri se vio obligado a revivir uno de los peores fantasmas del país y decidió anunciar, la semana pasada, que negociará con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y con acreedores privados un aplazamiento para el pago de las deudas argentinas. Esta decisión ha hecho que el riesgo aumente, que la moneda se devalúe y que la palabra default, o suspensión de pagos, haya empezado a circular en las agencias de calificación. La inestabilidad en Argentina, que parece estar a un paso del impago, también ha contagiado momentáneamente al mercado financiero brasileño y al cambio. Sin embargo, afectará durante más tiempo y de forma más significativa a las exportaciones de productos de Brasil a su país vecino, lo que ha dejado preocupados a algunos sectores de la economía brasileña.
Lea la noticia>