Entre julio y agosto más 1.7 millones de hectáreas de bosques, pastizales y sabanas fueron arrasados por los incendios forestales en la Chiquitanía. Desde diferentes instituciones ecologistas y académicas se señaló como un detonante del desastre ambiental al decreto supremo 3973 promulgado el 9 de julio por presidente Evo Morales, por el cual se autorizó quemas y desmontes en propiedades privadas y comunitarias.
ELPAIS.BO
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) a través de su coordinador Residente, Mauricio Ramírez, recordó a Bolivia que la Chiquitanía –que enfrenta incendios forestales de magnitud- y la Amazonía, son bienes públicos del planeta y que el Estado boliviano asumió compromisos internacionales de cuidado del medioambiente y de promoción de un modelo de desarrollo sostenible.
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