La situación de Paraguay frente a los beneficios económicos que le puede brindar Itaipú equivale a la de un país que descubrió que tiene petróleo y ahora debe decidir cómo usar los recursos que este producto le generará.
Fuente: Última Hora
   
Así describió el economista Gabriel Oddone, directivo de la consultora CPA Ferrere, a la importancia de que los grupos políticos de Paraguay cierren un acuerdo sobre la utilización del dinero del que se dispondrá desde el 2023, tras la renegociación del Tratado de Itaipú. Adelantó que este pacto emitirá una señal muy positiva para las calificadoras de riesgo internacional y puede acercar al país al tan anhelado grado de inversión.
 
Recordó que la “factura” que Paraguay paga por el préstamo otorgado hace 50 años, para el establecimiento de la binacional, equivale a alrededor del 2,5% del producto interno bruto (PIB), es decir, unos USD 1.100 millones al año. “No necesariamente todo ese dinero va a quedar liberado para que Paraguay tenga libre disponibilidad, va a haber una fortísima discusión con Brasil sobre a qué precio le vendo la energía”, admitió.
 
Dependiendo de la capacidad negociadora que tenga Paraguay, Oddone consideró que parte importante de esos fondos se quedará en el país y calificó como superlativa a la decisión que se adopte sobre la utilización de los mismos. Destacó que la agenda de acuerdo político debe ser una prioridad de los próximos tres años y agregó que los recursos pueden depositarse en un fideicomiso que los blinde, al tiempo de establecer una gobernanza transparente, al estilo que se aplicó para la responsabilidad fiscal, y construir un fondo de acumulación en el que se defina claramente a qué será destinado.
 
“Yo creo que eso, para atacar los problemas de credibilidad institucionales que tiene Paraguay y de construcción de fortaleza a largo plazo, es mucho más importante que la regla fiscal. Para una calificadora de riesgo, un mensaje de ese tipo es infinitamente más importante que un año me aparte o no me aparte del 1,5% del (tope de déficit) de resultado fiscal”, aseveró.
 
Instó a la clase política a dedicarse a la mencionada labor y buscar los mecanismos más eficaces para impulsar el crecimiento económico, sin caer en errores de países como Venezuela, que han abaratado excesivamente sus tarifas y no recibieron un beneficio real de las bonanzas del petróleo.
 
“Estamos llenos de ejemplos en el mundo de países productores de petróleo que tienen combustible barato, pero que alojaron cero capacidad de construcción de fortaleza a largo plazo”, advirtió.
 
Consideró entonces la opción de trasladar una parte de los recursos al precio final de energía y otra proporción a la acumulación de factores que contribuyan al crecimiento económico del país, lo que supone infraestructura, educación e innovación. “El problema de economía política que hay acá es que eso no se puede discutir en el 2023 y si se discute en el 2023, la probabilidad de que todo eso vaya a tarifas a la baja es enorme, porque estaremos en un año electoral (para la presidencia de la República) y es atractivo hacerlo”, concluyó.
 
Fitch Ratings mejoró en diciembre pasado la calificación soberana de Paraguay: Pasó de “BB con perspectiva positiva” a “BB+ con perspectiva estable”, y el país quedó a un escalón del grado de inversión. La nota de riesgo influye en las condiciones en que se puede acceder al financiamiento: Cuanto más alta es la nota, más bajo es el costo.