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Clavado durante dos días encima de las islas noroccidentales de Bahamas, azotando con una intensidad nunca antes vista en este archipiélago habituado a las inclemencias del final del verano, el huracán Dorian avanza este martes lentamente, debilitado hasta una categoría 2, hacia las costas estadounidenses. Atrás deja un rastro de absoluta devastación sobre el que empezarán a desplegarse esta noche los servicios de emergencia. “Bahamas está ahora mismo en guerra, atacado por el huracán”, dijo el primer ministro, Hubert Minnis, “y no dispone de armas para defenderse de semejante asalto del enemigo”.
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