La economía brasileña creció un tímido y sorpresivo 0,4 por ciento en el segundo trimestre de este año con respecto al primero, con lo que espantó el temor de que Brasil hubiese entrado en una nueva recesión técnica, pero sigue sin despegar tras la histórica recesión que sufrió en 2015 y 2016.
Según datos divulgados ayer por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE), el Producto Interior Bruto (PIB) de la mayor economía suramericana creció un 0,4 por ciento en el segundo trimestre frente al primero, una variación superior a la prevista por la mayoría de los economistas.
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