La maquinaria económica marcha a un ritmo lento, coinciden algunos sectores. El Ejecutivo asegura que la inversión privada representa un 7,7% del PIB
El período electoral en Bolivia desencadena una etapa economía marcada por la desaceleración que se registra desde 2014. Ahora, las inversiones marchan a ritmo lento y los consumidores cada vez son más cautos a la hora de comprar, coinciden diversos sectores.

Por la agenda política la maquinaria económica marcha a un ritmo prudente hasta no saber qué pasará el próximo 20 de octubre. “En época electoral los bolsillos se vuelven nerviosos”, ironiza Jorge Ávila, gerente general de la Cámara Forestal del Bolivia (CFB), a la hora de definir este periodo que vive el país.

Para Ávila, esta situación es común en época electoral, pero este año su sector lo siente más luego de tener prácticamente congeladas sus inversiones desde hace seis años por el incremento de las importaciones de madera y ciertas normas que frenaron el desarrollo de la actividad forestal.

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