Con una deuda neta que suma 105,000 millones de dólares, los acreedores con quienes está comprometida la petrolera nacional verían un aumento considerable del riesgo no sólo de Pemex, sino de la deuda soberana, con lo que entonces las notas crediticias sí sufrirían un alza importante, destacó.
Fuente: El Economista
  
La decisión de reconfigurar las áreas exploratorias a punto de vencerse para otorgar a Petróleos Mexicanos (Pemex) otras 64 asignaciones obedeció dos motivos: la congruencia con la política energética vigente y la necesidad de mantener los activos que la estatal comprometió para obtener deuda en años anteriores, afirmaron especialistas.
 
De acuerdo con Ramsés Pech, la determinación que tomará la Secretaría de Energía en este sentido, para la cual consultó el jueves a la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), no fue arbitraria o impulsiva, sino que fue prácticamente lo único que podía hacer, ya que Pemex ha solicitado créditos a instituciones globales, colocando como garantía el mejor activo que tiene cualquier petrolera, sus reservas.
 
“Quitarle más de la mitad de sus asignaciones de exploración hubiera significado reducir tajantemente los prospectos de producción a futuro de la empresa”, aseveró Pech. “Entre el 2014 y el 2017 Pemex puso como prenda los recursos de esas asignaciones que le dieron en la Ronda Cero. Quitárselos habría puesto en una situación muy vulnerable a la empresa y al país”.
 
Con una deuda neta que suma 105,000 millones de dólares, los acreedores con quienes está comprometida la petrolera nacional verían un aumento considerable del riesgo no sólo de Pemex, sino de la deuda soberana, con lo que entonces las notas crediticias sí sufrirían un alza importante, destacó.
 
Sin embargo, la interrogante será ahora el peso que tendrán las actividades de exploración en el presupuesto de la estatal para los próximos años y si esto será suficiente para conservar con trabajos estas asignaciones, y si además obtendrá la información necesaria para reclasificar recursos y reservas, hasta catalogarlas por lo menos como probadas más probables (2P), para que así sean consideradas como activos rentables para los mercados del mundo, aseguró el analista.
 
Por lo pronto, Pemex Exploración y Producción destinó 85% de su presupuesto para actividades de exploración y extracción en el 2019, pero de este monto sólo 22%, poco más de 2,000 millones de dólares, fueron destinados a actividades exploratorias, situación que podría ajustarse en ejercicios posteriores.
 
Fortalecer a la empresa
 
Para Arturo Carranza, la discusión que se vivió el jueves durante más de tres horas en la sesión del órgano de gobierno de la CNH reflejó la lógica de la política energética actual. Se argumentó en términos técnicos, como hizo el comisionado Sergio Pimentel, al votar en sentido negativo respecto a estos cambios, pero se tomó la decisión más pragmática para los intereses de la nación.
 
“La Secretaría de Energía tiene la responsabilidad de definir la política energética en esta administración, y va hacia el fortalecimiento de la empresa, que no nos quede ninguna duda”, sostuvo. “Así se justifica que legalmente se le otorguen estas 64 asignaciones, porque sobre esa realidad hay que tomar decisiones”.
 
El régimen de excepcionalidad mediante el cual se argumentó que la estatal, como único operador prospectivo de estos bloques por decreto del Ejecutivo, debe tomar las riendas del futuro de los recursos hidrocarburos del país, se tomó como una interpretación de la norma, que por diseño dejó abierta esta posibilidad, consideró.
 
Sin embargo, Pemex debe todavía desarrollar un plan exploratorio convincente y efectivo, enfocado en los prospectos que tengan mayor probabilidad de éxito, y ése será el gran reto de la actual dirección de la empresa.
 
“Si en el pasado se dejó de invertir en estas actividades, están a tiempo de enmendar la plana, por así decirlo. Y como país se presenta el desafío que en los próximos meses veremos como se abordará”, destacó Carranza.