China no cede. Su designación como país “manipulador de divisas” por parte de Estados Unidos es, para sus autoridades, poco menos que una infamia; el banco central reaccionó calificando la medida de “injustificada” y la prensa oficial ya habla abiertamente de cómo afrontar una guerra comercial a largo plazo.
“Se trata una medida caprichosa, unilateral y proteccionista que menoscabará gravemente las reglas internacionales y que tendrá un impacto material en la economía y las finanzas mundiales”, aseveró en la noche de este martes el Banco Popular de China, que niega que exista un problema de manipulación de los tipos de cambio.
La institución financiera esgrime que en el mercado chino de divisas se permite que el renminbi (nombre oficial del yuan) aumente o disminuya en cada sesión de negociación 2 % desde la tasa fijada diariamente, por lo que la devaluación a los niveles de abril de 2008 registrada el lunes no deja de ser una fluctuación que entra en los parámetros establecidos.
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