Fuente: Pulso
El documento, llamado Estudio prospectivo de descarbonización de la matriz eléctrica al año 2030, indica que los 3.600 MW de potencia media de generación a carbón -considerando el uso real que tienen estas plantas- pueden ser reemplazados en su mayoría por tecnologías de generación renovables. De estas, se deberían construir 6.940 MW en nuevas obras, las que se valorizaron en US$15.407 millones.
Respecto a la fecha de salida de las centrales a carbón, se consideró como una referencia el calendario de descarbonización 2038 utilizado por el Coordinador Eléctrico en su informe “Estudio de Operación y Desarrollo del SEN sin centrales a carbón”, pero acelerado al año 2030.
Dentro de los resultados del estudio se señala que el cierre de centrales termoeléctricas a carbón significará un ahorro en la compra de combustibles de entre US$1.200 millones a US$1.400 millones.
Dado que la operación del sistema estará basada en un incremento en el porcentaje de generación anual en base a energías renovables y limpias, los costos actualizados de operación del sistema en un escenario de descarbonización serían de US$7.416 millones, mientras que en un escenario sin descarbonización el costo de operación del sistema es significativamente mayor, siendo del orden de US$12.831 millones.
En relación a la ampliación de la transmisión requerida para las unidades que reemplazan a la generación a carbón, el estudio recomienda aumentar la capacidad del sistema HVDC Kimal-Maitencillo a 4.000 MW y de la futura línea HVDC Maitencillo – Lo Aguirre a 6.000 MW, además de construir líneas adicionales, todo lo cual requiere una inversión adicional del orden de US$820 millones.
Este escenario de descarbonización representaría una reducción de emisiones de CO2 del orden de 30 millones de toneladas al año. Las emisiones remanentes se deberían principalmente a la operación de centrales ciclo combinado con gas natural que continuarán operando un complemento a la energía renovable.