Fuente: ABC
Al respecto, el presidente de la ANDE, Ing. Pedro Ferreira, reiteró ayer que han establecido con Eletrobras 90 días para poder “ajustar los procedimientos” y también un contrato anual, “que es un poco el origen de todos los problemas”. Recordó que en el 2007 ambas entidades hicieron por última vez sus respectivos contratos anuales de compra de Itaipú. Preguntado qué mecanismo utilizaron desde entonces, a lo que respondió “un acta provisoria” que se hace el mes siguiente de realizado los consumos. “Entonces, obviamente, con ese tipo de situación surgen los problemas. Eletrobras tiene grandes quejas respecto a lo acontecido en junio, julio y setiembre del año pasado y, de alguna manera, quiere que se vea la forma de que tengamos contratos”, acotó.
Requerido sobre el problema “enojoso” ocurrido durante los meses de junio, julio y setiembre del año pasado, y que molestó a Eletrobras, Ferreira comentó que en ese lapso no recibió toda la energía garantizada, que en los meses posteriores se le devolvió, pero no están de acuerdo con esa situación. Contrato anual hasta el 2023 El presidente de la ANDE afirmó igualmente que la idea es establecer primero un contrato anual, como el que tuvieron hasta el 2007, y luego contratos de mediano y largo plazos, como –de hecho– lo dicta el Anexo C del Tratado de Itaipú. “En principio, lo que acordamos es tener un contrato hasta el 2022/23; o sea, una previsión, tanto de parte de ellos como de parte nuestra, de cuánto van a ser los valores”, dijo. Ante la consulta de si esos nuevos contratos no implicaría que la ANDE deje de contratar energía no garantizada o excedente (que es la más barata), pero comience a contratar la energía garantizada (que es la más cara), contestó: “Lo que hemos acordado es tener esos contratos en 90 días.
Lo que entendemos que la ANDE tiene que contratar de acuerdo con sus necesidades y del sector eléctrico paraguayo, de manera a no afectar a las tarifas”. Al insistírsele que dichos contratos no modificarán la forma en que la institución a su cargo contrata hoy potencias de Itaipú, respondió: “Nosotros tenemos un periodo para que ambos podamos fijar un esquema de ganar-ganar, donde también es cierto que algo que se acordó allá por el 2007 hoy en día debiera de ser mejorado”. “No obstante –añadió– cuando termine esto (cuando se cumpla el plazo de 90 días, fijados el pasado 22 de febrero), nosotros vamos a explicar todo lo que acordemos con ellos. No puedo adelantar mucho, porque la primera reunión está prevista para la semana que viene. No hemos entrado en los detalles, pero trataremos de volver a hablar lo antes posible de manera tal que podamos darle la mayor fiabilidad a ambos sistemas y previsibilidad a ambos países, con miras a lo que pueda ocurrir de aquí en adelante”.
“Asimetría”, dice Brasil El impasse con Eletrobras saltó el 12 de febrero pasado, cuando técnicos de ambas instituciones no llegaron a un acuerdo en la contratación de potencias de Itaipú este año. El rebuscado argumento de los brasileños es que existe una “asimetría” que favorece a Paraguay, que ha venido accediendo, desde el 2006, a la energía más barata de la binacional.
Al respecto, el presidente de la ANDE, Ing. Pedro Ferreira, reiteró ayer que han establecido con Eletrobras 90 días para poder “ajustar los procedimientos” y también un contrato anual, “que es un poco el origen de todos los problemas”. Recordó que en el 2007 ambas entidades hicieron por última vez sus respectivos contratos anuales de compra de Itaipú. Preguntado qué mecanismo utilizaron desde entonces, a lo que respondió “un acta provisoria” que se hace el mes siguiente de realizado los consumos. “Entonces, obviamente, con ese tipo de situación surgen los problemas. Eletrobras tiene grandes quejas respecto a lo acontecido en junio, julio y setiembre del año pasado y, de alguna manera, quiere que se vea la forma de que tengamos contratos”, acotó.
Requerido sobre el problema “enojoso” ocurrido durante los meses de junio, julio y setiembre del año pasado, y que molestó a Eletrobras, Ferreira comentó que en ese lapso no recibió toda la energía garantizada, que en los meses posteriores se le devolvió, pero no están de acuerdo con esa situación. Contrato anual hasta el 2023 El presidente de la ANDE afirmó igualmente que la idea es establecer primero un contrato anual, como el que tuvieron hasta el 2007, y luego contratos de mediano y largo plazos, como –de hecho– lo dicta el Anexo C del Tratado de Itaipú. “En principio, lo que acordamos es tener un contrato hasta el 2022/23; o sea, una previsión, tanto de parte de ellos como de parte nuestra, de cuánto van a ser los valores”, dijo. Ante la consulta de si esos nuevos contratos no implicaría que la ANDE deje de contratar energía no garantizada o excedente (que es la más barata), pero comience a contratar la energía garantizada (que es la más cara), contestó: “Lo que hemos acordado es tener esos contratos en 90 días.
Lo que entendemos que la ANDE tiene que contratar de acuerdo con sus necesidades y del sector eléctrico paraguayo, de manera a no afectar a las tarifas”. Al insistírsele que dichos contratos no modificarán la forma en que la institución a su cargo contrata hoy potencias de Itaipú, respondió: “Nosotros tenemos un periodo para que ambos podamos fijar un esquema de ganar-ganar, donde también es cierto que algo que se acordó allá por el 2007 hoy en día debiera de ser mejorado”. “No obstante –añadió– cuando termine esto (cuando se cumpla el plazo de 90 días, fijados el pasado 22 de febrero), nosotros vamos a explicar todo lo que acordemos con ellos. No puedo adelantar mucho, porque la primera reunión está prevista para la semana que viene. No hemos entrado en los detalles, pero trataremos de volver a hablar lo antes posible de manera tal que podamos darle la mayor fiabilidad a ambos sistemas y previsibilidad a ambos países, con miras a lo que pueda ocurrir de aquí en adelante”.
“Asimetría”, dice Brasil El impasse con Eletrobras saltó el 12 de febrero pasado, cuando técnicos de ambas instituciones no llegaron a un acuerdo en la contratación de potencias de Itaipú este año. El rebuscado argumento de los brasileños es que existe una “asimetría” que favorece a Paraguay, que ha venido accediendo, desde el 2006, a la energía más barata de la binacional.