Bolivia enfrenta amenazas como la guerra comercial EEUU-China, recesión en Europa, débil desempeño de economía mundial, crisis en Argentina y otras, dice Arce.
FUENTE: PÁGINA SIETE


El Gobierno modificó a la baja su previsión de crecimiento económico -proyectado para este año en 4,7% en el Presupuesto General del Estado (PGE)- a 4,5%, y observa incertidumbre en la economía mundial, principalmente por la guerra comercial entre Estados Unidos (EEUU) y China.

El Ministerio de Economía y el Banco Central de Bolivia (BCB) suscribieron ayer el Programa Fiscal Financiero, en el que se prevé una menor expansión y una reducción del PIB nominal de 44.921 millones de dólares previstos en el PGE a 43.738 millones de dólares. Se ratifica una inflación del 4% y un presupuesto de inversión pública de 5.323 millones de dólares (observar gráfica). “Bolivia se inscribe en una situación en la que todavía vamos a estar bien, 4,5% es la proyección que tenemos para la economía en 2019.

El sector que liderará el crecimiento económico es la inversión pública con 13% respecto al PIB, lo que se confirma que es la locomotora; seguido de la inversión privada que esperamos tenga un pequeño incremento a 6,9%. Con eso la inversión (total) llegará a 19,9% del PIB”, informó el ministro de Economía, Luis Arce.

Incertidumbre

Arce afirmó que el país afrontará una serie de amenazas externas, entre ellas un débil desempeño de la economía mundial, una Europa en recesión económica, la guerra comercial EEUU-China, la delicada situación económica por la que atraviesan Argentina y Brasil, además de la alta volatilidad de los mercados financieros.

“Por lo tanto, el riesgo e incertidumbre a nivel de la economía mundial empiezan a ser muy evidentes para todos. Hay una alta volatilidad de los mercados financieros a nivel internacional y una complicada situación de nuestros socios comerciales, donde debemos poner los ojos”, advirtió la autoridad. Adicionalmente, dijo que se tiene una contracción del comercio mundial. Todos estos factores, de acuerdo con Arce, pueden derivar en un ajuste de las metas del programa suscrito con el BCB. Por eso se incluyó una cláusula que permite el cambio de algunos indicadores económicos durante los siguientes meses. “Nuestro programa incorpora una cláusula que en los anteriores programas no la veíamos. Es el poder modificar las condiciones de nuestros programas de acuerdo con la realidad y poder reaccionar oportunamente ante las modificaciones que pueda haber en este escenario mundial”, adelantó Arce.

Pese a esta incertidumbre de la economía mundial, la autoridad prevé que Bolivia estará en mejor posición que otros países e incluso anticipa que el sector de hidrocarburos crecerá en 1,2% al igual que la minería con 2%. “Contrariamente a lo que ocurrió en los tres últimos años en el sector de hidrocarburos, que mantenía una tasa de crecimiento negativa y se constituía en el único sector que no generaba crecimiento, tendremos un leve aumento de 1,2% en el sector petrolero, seguido del 2% en minería. Los dos sectores siempre han sido los más golpeados por los precios internacionales”, puntualizó. Además, se espera que el poder adquisitivo en el país se verá traducido en un mayor dinamismo del consumo privado. Por ejemplo, mencionó que el consumo del sector privado se incrementará a 5% en este año, cuando en anteriores gestiones se situaba en 4,7%. “Quiere decir que habrá una mejor calidad de vida en Bolivia”, remarcó.

El presidente del BCB, Pablo Ramos, reconoció que 2018 fue un año difícil y de muchos problemas para la economía, y puede ser que esa coyuntura se mantenga en los siguientes meses. “Todo nos hace prever que la coyuntura no se va a resolver en un breve plazo e incluso puede haber problemas que se agraven en el futuro inmediato. Sin embargo contamos con instituciones con experiencia y solvencia para enfrentarla y así como en 2018 pudimos lograr estos resultados, es seguro que con la ejecución del programa financiero alcanzaremos nuestro objetivo”, manifestó Ramos. Para Juan Antonio Morales, expresidente del BCB, este año el país cerrará con una expansión económica del 4,3%.

“El FMI, el Banco Mundial, la CEPAL y yo creemos que va a ser aún más bajo, alrededor de 4,3%. De hecho, el crecimiento interanual (del tercer trimestre 2017 al tercer trimestre 2018) del PIB fue solamente de 3,3%, con la notable caída del sector de hidrocarburos de 6,3%”, anticipó Morales. Sobre la expansión del sector hidrocarburos, afirmó que el Gobierno pronostica un lento crecimiento, posiblemente porque sabe que las reservas de gas se agotan más allá de lo previsto inicialmente.

El déficit fiscal sube a 7,8% respecto a meta del PGE El Ministerio de Economía y el Banco Central de Bolivia (BCB) fijaron como meta del déficit fiscal un 7,8%, proyección por encima de la tasa de 6,98% que se había establecido en el Presupuesto General del Estado (PGE) 2019. Los datos desagregados del PGE estipulaban ingresos por 150.871 millones de bolivianos y gastos por 172.373 millones de bolivianos, que arrojaban un déficit de 21.502,7 millones de bolivianos.

Este cálculo se realizó con un PIB de 44.921 millones de dólares. Pero ahora con el nuevo acuerdo suscrito por el Gobierno con el Banco Central de Bolivia (BCB), el PIB se ajustó a 43.738 millones de bolivianos. El ministro de Economía, Luis Arce, explicó que el déficit o resultado fiscal alcanzará a 23.313 millones de bolivianos, equivalentes a un 7,8%. “Esto se traduce en un resultado fiscal del 7,8% que significa una reducción con respecto a lo que se había proyectado tanto en las cifras presupuestarias o en la anterior gestión (8,32% en 2018). Es decir en una disminución importante de este déficit fiscal, manteniendo una inversión pública de 5.323 millones de dólares y un precio del petróleo 50,25 dólares”, precisó.

Esto precio servirá como base en los siguientes meses antes de la época de invierno como establece la cuarta adenda al contrato de compra-venta de gas con Argentina. Se prevé que a partir de esa estación el precio del gas boliviano se indexará al Gas Natural Licuado (GNL).


Punto de vista

Juan Antonio Morales Expresidente del BCB

Pueden darse efectos indirectos En efecto, el contexto internacional está marcado por una fuerte incertidumbre. Los elementos de incertidumbre vienen de un posible incremento de las tasas de interés de los Estados Unidos, que produzca frenazos bruscos o aún mayor reversión que la del año pasado de los flujos de capital hacia nuestros dos grandes vecinos, Argentina y Brasil. Los efectos de esos movimientos de capital pueden ser indirectos para Bolivia, porque está muy poco integrado al mercado internacional de capital. Pero en Argentina y Brasil se pueden producir crisis cambiarias como la del año pasado. De ser así, nuestro tipo de cambio puede verse afectado en términos reales, con la consecuencia de que se pudiera producir una aceleración en la caída de Reservas Internacionales y un freno a la actividad productiva.

Por otra parte, las condiciones de financiamiento externo se endurecerán, con una subida de las tasas de interés porque por el contagio argentino aumenta el riesgo país, y porque el acceso a los mercados de bonos soberanos se vuelve más difícil. Esto puede afectar al financiamiento del déficit fiscal del país.

La guerra comercial desatada por Donald Trump puede incidir negativamente en el comercio internacional. En especial, un lento crecimiento de las exportaciones chinas de manufacturas, puede reducir su demanda por materias primas, lo que afectaría negativamente a los precios internacionales de los minerales y, en menor medida, del petróleo. También hay dudas acerca del desempeño económico de los economías más grandes del planeta, EEUU y China.