Fuente: Ámbito
Ana Clara Pedotti
Pese a que la incertidumbre institucional en Venezuela persiste, los bonos del país volvieron a subir ante la expectativa de un nuevo Gobierno. Así, alcanzaron su máximo desde 2017, antes de que Nicolás Maduro comenzara a detener gradualmente los pagos de intereses de unos u$s 50. 000 millones de deuda que se negocia en los mercados, en un esfuerzo por ahorrar dólares para apoyar a la economía. El bono PDVSA 2035 sumó 1,5 centavos para alcanzar su nivel más alto en nueve meses antes de las operaciones en Estados Unidos y Venezuela.
El país sudamericano miembro de la OPEP tiene las reservas de petróleo más grandes del mundo y es un proveedor importante de las refinerías de Estados Unidos, pero está hundido en una recesión por mala gestión y una hiperinflación que este año puede alcanzar un récord de 10 millones por ciento. El precio del crudo tuvo ayer un alza de 1% en Nueva York, impulsados por las amenazas de sanciones de Estados Unidos a Venezuela. Anteriormente, muchos de los bonos de la nación bolivariana se venían transado a menos de la mitad de su valor nominal desde fines de 2014, ya que los inversores se han resignado al hecho de que gran parte del dinero que prestaron a Caracas no les será devuelto. “Por primera vez, existe la sensación de que hay presión tanto fuera como dentro del país”, dijo a la agencia de noticias Reuters David Nietlispach, de Pala Asset Management, cuya firma posee tanto bonos soberanos como de Petróleos de Venezuela (PDVSA). Sin embargo, pese al alza de los bonos de los últimos días, pocos inversores con experiencia en Venezuela esperan una resolución en un futuro próximo.
El asunto es cuánto pagará cualquier nuevo gobierno porque habrá que abordar problemas mucho más acuciantes, por ejemplo, garantizar que la población vuelva a tener suficientes alimentos y medicinas. “No habrá una reestructuración de deuda de Venezuela hasta que haya un cambio de régimen, eso parece claro”, dijo el experto en reestructuración de deuda soberana Lee Buchheit de Cleary Gottlieb. La expectativa de los analistas bursátiles es que, en caso de Guaidó asuma el gobierno, primero deberá abordar la frágil situación humanitaria y más tarde sentar las bases para que la economía vuelva a andar. Si en los próximos días no hay definiciones, el leve optimismo de los inversores podría disiparse. Peter Kisler, de North Asset Management, cuya firma compró más bonos venezolanos hace unos seis meses, dijo que el mejor escenario era que las cosas comiencen a moverse en aproximadamente un año. Sin embargo, podría demorar más y es posible que los inversores no recuperen todo su dinero. “Nuestra impresión general es que 30 a 40 centavos será la recuperación final. El problema es que ahora estamos llegando a ese punto y todavía no estamos seguros de que él (Maduro) se vaya”, dijo.
Pese a que la incertidumbre institucional en Venezuela persiste, los bonos del país volvieron a subir ante la expectativa de un nuevo Gobierno. Así, alcanzaron su máximo desde 2017, antes de que Nicolás Maduro comenzara a detener gradualmente los pagos de intereses de unos u$s 50. 000 millones de deuda que se negocia en los mercados, en un esfuerzo por ahorrar dólares para apoyar a la economía. El bono PDVSA 2035 sumó 1,5 centavos para alcanzar su nivel más alto en nueve meses antes de las operaciones en Estados Unidos y Venezuela.
El país sudamericano miembro de la OPEP tiene las reservas de petróleo más grandes del mundo y es un proveedor importante de las refinerías de Estados Unidos, pero está hundido en una recesión por mala gestión y una hiperinflación que este año puede alcanzar un récord de 10 millones por ciento. El precio del crudo tuvo ayer un alza de 1% en Nueva York, impulsados por las amenazas de sanciones de Estados Unidos a Venezuela. Anteriormente, muchos de los bonos de la nación bolivariana se venían transado a menos de la mitad de su valor nominal desde fines de 2014, ya que los inversores se han resignado al hecho de que gran parte del dinero que prestaron a Caracas no les será devuelto. “Por primera vez, existe la sensación de que hay presión tanto fuera como dentro del país”, dijo a la agencia de noticias Reuters David Nietlispach, de Pala Asset Management, cuya firma posee tanto bonos soberanos como de Petróleos de Venezuela (PDVSA). Sin embargo, pese al alza de los bonos de los últimos días, pocos inversores con experiencia en Venezuela esperan una resolución en un futuro próximo.
El asunto es cuánto pagará cualquier nuevo gobierno porque habrá que abordar problemas mucho más acuciantes, por ejemplo, garantizar que la población vuelva a tener suficientes alimentos y medicinas. “No habrá una reestructuración de deuda de Venezuela hasta que haya un cambio de régimen, eso parece claro”, dijo el experto en reestructuración de deuda soberana Lee Buchheit de Cleary Gottlieb. La expectativa de los analistas bursátiles es que, en caso de Guaidó asuma el gobierno, primero deberá abordar la frágil situación humanitaria y más tarde sentar las bases para que la economía vuelva a andar. Si en los próximos días no hay definiciones, el leve optimismo de los inversores podría disiparse. Peter Kisler, de North Asset Management, cuya firma compró más bonos venezolanos hace unos seis meses, dijo que el mejor escenario era que las cosas comiencen a moverse en aproximadamente un año. Sin embargo, podría demorar más y es posible que los inversores no recuperen todo su dinero. “Nuestra impresión general es que 30 a 40 centavos será la recuperación final. El problema es que ahora estamos llegando a ese punto y todavía no estamos seguros de que él (Maduro) se vaya”, dijo.