Ubicado al sur del campo Margarita, la perforación del pozo Boyui causa expectativas buenas y malas.
TNS LATAM
  
La perforación del pozo Boyui X2, ubicado en el Bloque Caipipendi (Tarija), arroja resultados alentadores. A 7.640 metros de profundidad, las empresas operadoras, encabezadas por Repsol Bolivia, detectaron la formación Huamampampa, una arena que en otros pozos de Bolivia es productora de gas natural.
 
El hallazgo se da a aproximadamente 19 meses después del inicio de la perforación en este pozo que se convirtió en el más profundo de Bolivia y que, según las expectativas, tiene un potencial de 3 trillones de pies cúbicos (TCF) de reservas. Se conoce que la inversión realizada por Repsol, Shell y PAE -que conforman el consorcio Caipipendi- supera los 100 millones de dólares.
 
La principal operadora del consorcio Caipipendi, al ser consultada por este medio sobre a las novedades en mencionado pozo, se limitó a informar lo siguiente: “Repsol Bolivia continúa trabajando en la perforación del pozo Boyuy X2”.
 
Según el analista y exministro de Hidrocarburos, Álvaro Ríos, Bolivia tiene buenas noticias por la detección de la formación Huamampampa y que resta hacer el análisis respectivo para ver el tamaño y el comportamiento del reservorio.
 
Explicó que al inicio de la perforación, las operadoras planeaban llegar a tres niveles productores en la formación Huamampampa y estimaban encontrar aproximadamente 3 TCF para incrementar las reservas, sin embargo, a decir del analista, la geología no funcionó como se esperaba y se encontró la formación Huamampampa a más de 7.400 metros, lo que convierte a Boyui en uno de los pozos más profundos de la región.
 
“Muchos estudios aún se necesitan para determinar la comercialidad del descubrimiento o de haber llegado a la arena más productora de Bolivia. Habrá que determinar la productividad de la arena a esta profundidad, hacer pruebas de largo plazo y unas facilidades de producción temprana. Probablemente realizar más sísmica y uno o dos pozos de desarrollo para determinar el tamaño del reservorio y muchas otras actividades más”, detalló Ríos.
 
Agregó también que se debe “evaluar los costos asociados a todas las actividades que se tengan que hacer y determinar la comercialidad de la arena con la realidad de los nuevos mercados”.
 
Al ser consultado sobre los efectos que tiene para Bolivia el descubrimiento de un nuevo reservorio de gas natural, Ríos aseguró que es un paso positivo el hecho de haber llegado a esta arena productora, por lo que ya se ha ganado mucho con el conocimiento geológico adquirido. Agregó que, en caso de que el descubrimiento sea comercial, habrá más reservas y mayor producción para competir con los mercados vecinos de Argentina y Brasil “y en su momento considerar algo de exportación por alguna otra vía a ultramar”.
 
A mediados de octubre, el ministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, dijo tener expectativas de que Boyui X2 sea un pozo importante, aunque admitió que se trata de un pozo complicado. Además, dijo que el hecho de llegar a una profundidad superior a los 7.000 metros es un aspecto positivo porque permite entender el comportamiento de la geología a esa profundidad. “No quiere decir que un pozo de exploración que salga negativo o no tenga una producción comercial sea malo”, indicó.
 
¿INCONVENIENTES POR LA PROFUNDIDAD?
 
El diputado del PDC, Edgar Rendón, puso en duda la comercialidad del pozo Boyui X2 al afirmar que históricamente, a nivel mundial, nunca se ha visto una perforación de 8.000 metros de profundidad.
 
Citado por el diario Nuevo Sur de Tarija, el legislador aseguró que incluso la compañía española Repsol, ante la falta de resultados, habría tomado la decisión de retirarse del país.
 
“Yo conozco de fuentes de información del mismo Yacimientos que han llegado a los 8.000 metros y Repsol directamente ha declinado seguir con la perforación y está levantando incluso sus oficinas que tenía en Santa Cruz”, agregó Rendón.
 
Indicó también que la falta de resultados en la exploración surge por la falta de atractivos que fomenten la inversión y por una errada política de hidrocarburos, ya que, por ejemplo, la Ley de hidrocarburos data del año 2005, es decir, antes de que entre en vigencia la nueva Constitución Política del Estado.