FUENTE: CORREO DEL SUR
La preocupación fue transmitida a este diario por trabajadores que prefirieron guardar en reserva su identidad. Los actuales medidores, cuya vida útil puede estimarse al menos en una década más, tendrían que ser reemplazados por otros que han comenzado a ser negociados por el Ministerio de Hidrocarburos y Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) con la empresa italiana Pietro Fiorentini. La única ventaja de dichos medidores, que se emplean principalmente en Estados Unidos y otros países de Europa, es que puede realizarse la lectura del consumo en tiempo real, sin necesidad de los funcionarios conocidos como lecturadores. Los actuales medidores, que llevan en uso menos de diez años y disponen todavía de una vida útil de al menos otra década, quedarían inutilizados y desechados, además de otra gran cantidad de medidores flamantes que YPFB tiene en sus almacenes para futuras conexiones domiciliarias.
Esto implicaría que YPFB estaría planificando descartar el uso de los actuales medidores, cuya adquisición representó una millonaria inversión para el Estado, durante los últimos años, para reemplazarlos por otros cuya utilidad en un país como Bolivia que todavía debe superar diversas limitaciones tecnológicas antes de pensar en la lecturación digital de servicios como el gas natural, el agua potable y la luz eléctrica. Según consultas todavía extraoficiales realizadas por este diario, el reemplazo de los medidores actuales por los ofrecidos por la empresa italiana representaría un gasto para YPFB de alrededor de 100 millones de dólares; una cifra casi similar al total de las reservas estratégicas que tiene en cuentas bancarias la Gerencia de Redes y Ductos de la estatal petrolera en un fondo conocido como Fondo de Redes (FONGAS).
El negocio, que tiene su origen en un memorándum de entendimiento suscrito entre YPFB y el empresario venezolano Carlos Gil, ha comenzado a operarse aparentemente sin estudios técnicos de factibilidad ni licitaciones previas y se conoce que en el curso de esta semana se producirían las primeras pruebas experimentales. No se ha informado, tampoco, cuál es la relación entre el referido empresario venezolano y la empresa italiana Pietro Fiorentini, que sería la ofertante de los nuevos equipos.
Este medio logró comunicarse ayer con el director de Redes, Daniel Molina; con el jefe de la Unidad de Ingeniería de la Gerencia de Redes de Gas y Ductos, y con el director de Operación y Mantenimiento de la Gerencia de Redes y Ductos, Eddy Rebollo. Ninguno de ellos quiso brindar mayor información sobre el proyecto, aduciendo que debían solicitar autorización a sus superiores y que las consultas de este diario debían seguir el trámite regular de envío de una carta y un cuestionario a sus oficinas.
La preocupación fue transmitida a este diario por trabajadores que prefirieron guardar en reserva su identidad. Los actuales medidores, cuya vida útil puede estimarse al menos en una década más, tendrían que ser reemplazados por otros que han comenzado a ser negociados por el Ministerio de Hidrocarburos y Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) con la empresa italiana Pietro Fiorentini. La única ventaja de dichos medidores, que se emplean principalmente en Estados Unidos y otros países de Europa, es que puede realizarse la lectura del consumo en tiempo real, sin necesidad de los funcionarios conocidos como lecturadores. Los actuales medidores, que llevan en uso menos de diez años y disponen todavía de una vida útil de al menos otra década, quedarían inutilizados y desechados, además de otra gran cantidad de medidores flamantes que YPFB tiene en sus almacenes para futuras conexiones domiciliarias.
Esto implicaría que YPFB estaría planificando descartar el uso de los actuales medidores, cuya adquisición representó una millonaria inversión para el Estado, durante los últimos años, para reemplazarlos por otros cuya utilidad en un país como Bolivia que todavía debe superar diversas limitaciones tecnológicas antes de pensar en la lecturación digital de servicios como el gas natural, el agua potable y la luz eléctrica. Según consultas todavía extraoficiales realizadas por este diario, el reemplazo de los medidores actuales por los ofrecidos por la empresa italiana representaría un gasto para YPFB de alrededor de 100 millones de dólares; una cifra casi similar al total de las reservas estratégicas que tiene en cuentas bancarias la Gerencia de Redes y Ductos de la estatal petrolera en un fondo conocido como Fondo de Redes (FONGAS).
El negocio, que tiene su origen en un memorándum de entendimiento suscrito entre YPFB y el empresario venezolano Carlos Gil, ha comenzado a operarse aparentemente sin estudios técnicos de factibilidad ni licitaciones previas y se conoce que en el curso de esta semana se producirían las primeras pruebas experimentales. No se ha informado, tampoco, cuál es la relación entre el referido empresario venezolano y la empresa italiana Pietro Fiorentini, que sería la ofertante de los nuevos equipos.
Este medio logró comunicarse ayer con el director de Redes, Daniel Molina; con el jefe de la Unidad de Ingeniería de la Gerencia de Redes de Gas y Ductos, y con el director de Operación y Mantenimiento de la Gerencia de Redes y Ductos, Eddy Rebollo. Ninguno de ellos quiso brindar mayor información sobre el proyecto, aduciendo que debían solicitar autorización a sus superiores y que las consultas de este diario debían seguir el trámite regular de envío de una carta y un cuestionario a sus oficinas.