La construcción de departamentos caros que asegura mayor ganancia es más atractiva. Puede desatar una burbuja inmobiliaria localizada, pero no nacional.
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Ivone Juárez / La Paz
 
 
Cuando en la noche en Miraflores, Sopocachi, Obrajes o Calacoto en las decenas de edificios que se construyeron sólo se encienden algunas luces, según los expertos son señal de que la oferta de vivienda lujosa y cara en La Paz está saturada.
 
“Estos edificios se encuentran en los barrios más caros y consolidados de La Paz y son señal de que aparentemente hay una sobroferta de ese tipo de vivienda, que funciona bajo la fórmula lujo igual rentabilidad”, dice el consultor asociado de Ultracasas Esteban Morales. Lanza cifras: “De 70.000 dólares que invierten por unidad habitacional ganan 280 mil o 300 mil dólares”.
 
Añade que ese es el mercado que obviamente prefieren los constructores e inversores porque genera márgenes de ganancias altos; mientras descuidan otro mercado que en La Paz es mucho más amplio: el mejoramiento de viviendas.
 
“La gran demanda en La Paz no está en gente que no tiene vivienda, sino en la que cuenta con una casa que tiene muchos problemas: está vieja o hacinada”, afirma el experto. De acuerdo al último censo (2012), uno de cada tres bolivianos tiene una vivienda de mala calidad.
 
La concentración de la oferta de vivienda en departamentos caros y lujosos es en parte resultado de la decisión de algunas personas de invertir en este sector para incrementar su patrimonio.
 
“Hay personas que están atentas a los edificios que comienzan a construirse y compran departamentos en preventa, que al inicio de obra pueden costar 1.000 o 1.050 dólares el metro, pero cuando se terminan llegan a 1.500 dólares, dependiendo del lugar y de la calidad del departamento” , afirma una corredora de bienes raíces de La Paz.
 
 
 
El expresidente de Banco Central de Bolivia Juan Antonio Morales indica que la inversión en la construcción de vivienda se convirtió en una alternativa ante la caída en los intereses que paga el sistema financiero por los depósitos (3% y 3,5% anual).
 
“Las tasas de interés bajas por mucho tiempo dieron impulso muy fuerte al mercado inmobiliarios, pero ahora que se tiene un exceso de oferta se estarían dejando algunos inmuebles sin vender”, sostiene.
 
 
¿Burbuja o especulación
 
Juan Antonio Morales considera que estos edificios con luces apagadas no son suficiente señal para asegurar que se acerca una burbuja inmobiliaria; sin embargo, advierte que es un indicador de una especulación guiada por la percepción de la gente de que los precios de la vivienda en La Paz seguirán subiendo.
 
“Si la gente compra departamentos para fines ocupacionales, sea propia o para alquiler, no es preocupante. Pero si los compra con la esperanza de hacer una ganancia, por ejemplo, compra hoy 100 mil dólares especulando poder revender de aquí a algunos meses en 150 mil, se estará formando una burbuja”, dice.
 
El director de la Fundación Inaset, Enrique Velazco, remarca que una señal fundamental de una burbuja inmobiliaria sale del sistema financiero, cuando la gente deja de pagar sus créditos inmobiliarios, algo que no se está dando. “Cuando se ve los datos de la ASFI, la canalización de desembolsos para la vivienda bajó en 2017 y lo que va de 2018. En 2015 y 2016, los desembolsos crecieron casi en un 57%, pero para 2017 y 2018 cayeron en -4% y -5%”, añade.
 
 
 
Esteban Morales coincide con los dos expertos: una sobreoferta de departamentos lujosos y caros no es señal de una burbuja inmobiliaria, “al menos no de una escala que pueda afectar la economía nacional, ni siquiera municipal”.
 
Una burbuja localizada
 
Morales considera que sí se puede presentar en La Paz una “burbuja localizada” en la oferta de departamentos caros y lujosos. “Esa es la parte del mercado que está saturada, que está en riesgo, aunque uno ve que siguen construyendo edificios, que sin ser terminados se venden”, dice.
 
Sin embargo, aclara que “eso no implica que los precios se vayan a caer, sino que se ajustarán un poco a la realidad”. “No la llamamos una burbuja inmobiliaria porque es un mercado pequeño. Si fuera a caer, los efectos serían tristes para las 20.000 personas que compraron departamentos caros y lujosos”, asegura.