Cuando el presidente Evo Morales ingresó al Gran Salón de la Justicia, los camarógrafos, que superaban la veintena, dejaron al agente chileno Claudio Grossman y al coagente Alfonso Silva parados frente a sus sillas.
CAMBIO

Juan  F. Cori Ch. / Enviado Especial A La Haya
  
“Todos se fueron”, dijo Grossman a Silva, mientras las cámaras no dejaban de cubrir el semblante del presidente Morales, quien se ubicó al lado del agente boliviano Eduardo Rodríguez Veltzé y del ministro de Relaciones Exteriores, Diego Pary.
 
Ahí, en ese espacio y durante una hora y 18 minutos, las delegaciones de Bolivia y Chile escucharon atentas el dictamen de los jueces de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que, por 12 votos contra tres, juzgó que Santiago no contrajo la obligación de negociar un acceso al océano Pacífico.
 
No obstante, el principal órgano judicial de las Naciones Unidas instó a ambas naciones a continuar el diálogo sobre una cuestión, definida por el propio tribunal, como una causa pendiente.
 
“La Corte manifiesta que no se da a entender que su fallo impida a las partes la continuación de sus diálogos y sus intercambios en un espíritu de buena vecindad para atender las cuestiones relacionadas con la mediterraneidad de Bolivia, cuya solución ambas han reconocido constituir una cuestión de interés mutuo. Con la buena voluntad de ambas partes se pueden llevar a cabo unas negociaciones trascendentes”, indicó el presidente de la Corte, el juez Abdulqawi Ahmed Yusuf, de Somalia.
 
Esa invocación, incluida en el párrafo 176, también fue resaltada, una hora después, por el presidente Morales durante una declaración en las afueras del Palacio de la Paz a un grupo numeroso de periodistas que realizó la cobertura de uno de los temas de mayor interés de la política exterior de Bolivia.
 
Morales, junto a los expresidentes Carlos Mesa, Tuto Quiroga y Guido Vildoso, los juristas internacionales y toda la delegación nacional, señaló que “si bien no hay una obligación de negociar, hay una invocación a seguir con el diálogo”.
 
“Quiero aprovechar esta oportunidad para leer el párrafo 176 de este informe de la Corte Internacional de Justicia. Textualmente (dice): Sin embargo, los hallazgos de la Corte no deben ser entendidos como si impidieran a las partes continuar su diálogo e intercambios, en un espíritu de buena vecindad para atender los asuntos relativos a la situación de enclaustramiento de Bolivia, solución que ambas partes han reconocido como un asunto de interés mutuo. Con la voluntad de ambas partes pueden llevarse a cabo negociaciones significativas, se debe continuar con el diálogo”.
 
El Jefe de Estado saludó la postura asumida por el tribunal, aunque haya decidido rechazar la totalidad del pedido nacional porque no halló en los argumentos un respaldo para determinar que Chile estaba obligado a negociar un acceso al océano Pacífico.
 
“Es importante (que los) pueblos y autoridades de la región tengamos la capacidad de resolver temas pendientes, porque con este párrafo 176 la Corte entiende perfectamente que hay un tema pendiente entre Bolivia y Chile, repito nuevamente, si no hay una obligación, sí hay una necesidad, no sólo para estos dos países, sino para la región”, enfatizó.
 
Además, ratificó que “Bolivia nunca va a renunciar” a su derecho a las costas del océano Pacífico, de las cuales fue apartada como consecuencia de la invasión chilena de 1879.
 
No hay candados
 
Luego de la lectura de la sentencia, Morales y toda la delegación se dirigieron a la Embajada de Bolivia en La Haya, Países Bajos, donde analizaron los alcances del dictamen del juicio que se inició el 24 de abril de 2013.
 
Con las copias del texto de la sentencia en manos, las autoridades, expresidentes y juristas repasaron el fallo por algo más de dos horas y tras ello, el Jefe de Estado dejó la legación nacional y se dirigió a la terminal aérea de Róterdam para volver a La Paz.
 
Minutos después, el agente, junto a los exmandatarios Quiroga y Mesa, y el secretario general de Diremar, Emerson Calderón, secundaron a Morales y resaltaron la invocación de la CIJ a continuar con el diálogo para resolver el centenario diferendo, aunque reconocieron que no era lo que se esperaba.
 
Quiroga enfatizó que la Corte ha “hecho una exhortación a solucionar el tema pendiente” en el marco de la buena vecindad, porque la causa marítima es “un tema de interés mutuo de ambas partes”.
 
“Obviamente lo que se quería es que se estipule que es una obligación y no meramente la exhortación, pero esa exhortación muestra que hay un tema pendiente, todo el documento lo muestra así”, alegó.
 
Este llamado, dijo, se suma a las 11 resoluciones que aprobó la asamblea general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que definió la mediterraneidad boliviana como un asunto de interés hemisférico, y a la invocación del papa Francisco, que en 2015 instó a un diálogo para resolver el tema marítimo.
 
Mientras que Mesa resaltó que con el fallo es la primera vez que un tribunal “del rango de la Corte Internacional de Justicia reconoce que hay un tema pendiente, no resuelto, con nombre y apellido: mediterraneidad, enclaustramiento de Bolivia”.
 
“Los dos fallos, tanto el del 24 de septiembre de 2015 (que rechazó la excepción preliminar de incompetencia de Chile), como el fallo de hoy (por ayer) establecen claramente que un diálogo es necesario para resolver un problema existente, esto había sido algo que sobre todo en los últimos 30 años Chile no había reconocido como algo evidente”, apuntó.