Fuente: La República
En el informe anterior, de 2014, los proyectos ilícitos fueron 60%. “La explotación ilegal ha crecido, pero no la posibilidad que tienen de comercializar el material por los canales legales”, dijo el viceministro de Minas, Carlos Andrés Cante, quien agregó que “con los controles que se han desarrollado en los últimos años, la posibilidad de comercializar oro ilegal bajó, en 2016, de 60 toneladas a 41 toneladas, en 2017.” El viceministro señaló que se identificó que el oro de estos proyectos que no tienen ninguna figura autorizada por la ley se estaba exportando al exterior a través de canales legales. Una de las formas utilizadas era a través de la figura de barequeros.
De esta manera, el oro ilegal se presentaba como si fuera extraído por mineros artesanales, cuando en realidad no vivían de este oficio. Otra forma identificada fue la de presentar el oro ilegal como parte de la producción de algún proyecto que sí contara con los requisitos. “Se dieron casos de títulos que no reportaban producción y que registraron unos incrementos anormales frente a año anteriores.
Luego se comprobó que no tenían la capacidad instalada para desarrollar las producciones que estaban reportando”, dijo Cante. Por otro lado, según el informe, la explotación de oro de aluvión se ha extendido a zonas en las que no está permitida como tierras de afrodescendientes, áreas protegidas, resguardos indígenas y parques naturales.
Adicionalmente, se encontró que en 74 de los 131 municipios que explotan oro de aluvión, hay monocultivos ilegales de coca. “El reto es realizar una intervención integral y generar oportunidades que mejoren las condiciones de estas comunidades”, puntualizó Olivier Inizan, oficial de programas de la Unodc.
En el informe anterior, de 2014, los proyectos ilícitos fueron 60%. “La explotación ilegal ha crecido, pero no la posibilidad que tienen de comercializar el material por los canales legales”, dijo el viceministro de Minas, Carlos Andrés Cante, quien agregó que “con los controles que se han desarrollado en los últimos años, la posibilidad de comercializar oro ilegal bajó, en 2016, de 60 toneladas a 41 toneladas, en 2017.” El viceministro señaló que se identificó que el oro de estos proyectos que no tienen ninguna figura autorizada por la ley se estaba exportando al exterior a través de canales legales. Una de las formas utilizadas era a través de la figura de barequeros.
De esta manera, el oro ilegal se presentaba como si fuera extraído por mineros artesanales, cuando en realidad no vivían de este oficio. Otra forma identificada fue la de presentar el oro ilegal como parte de la producción de algún proyecto que sí contara con los requisitos. “Se dieron casos de títulos que no reportaban producción y que registraron unos incrementos anormales frente a año anteriores.
Luego se comprobó que no tenían la capacidad instalada para desarrollar las producciones que estaban reportando”, dijo Cante. Por otro lado, según el informe, la explotación de oro de aluvión se ha extendido a zonas en las que no está permitida como tierras de afrodescendientes, áreas protegidas, resguardos indígenas y parques naturales.
Adicionalmente, se encontró que en 74 de los 131 municipios que explotan oro de aluvión, hay monocultivos ilegales de coca. “El reto es realizar una intervención integral y generar oportunidades que mejoren las condiciones de estas comunidades”, puntualizó Olivier Inizan, oficial de programas de la Unodc.