Cuando Marcela Vera se mudó a Buenos Aires en 2006 se impresionó del tamaño del primer hipermercado con capitales franceses que conoció en el barrio de Mataderos. La odontóloga cochabambina tardó un año y medio en establecerse y obtener su primer trabajo en “blanco”, palabra que los argentinos utilizan para referirse a la otorgación de un ítem en una institución pública o privada.
FUENTE: LOS TIEMPOS

“Habían 20 cajas, todas funcionando, todas llenas, se tardaba casi media hora en que te atiendan. Todos compraban por kilos, aquí no hay arrobas ni cuartillas y la gente usaba mucho su tarjeta de débito”, explicó en contacto telefónico con Los Tiempos.

Doce años después, Vera se reúne una vez al mes con cuatro o cinco compañeras de la clínica privada en donde trabaja y juntas van a hacer compras al Mercado Central de Buenos Aires, un megamercado ubicado en el área metropolitana de la capital argentina —similar a La Cancha de Cochabamba— que se caracteriza por ofrecer mercadería al por mayor y menor. Ayer, la moneda argentina volvió a superar la histórica cotización de 25,80 pesos por dólar, lo que representó un incremento del 7 por ciento en relación al viernes. El Banco Central de Argentina vendió 5 mil millones de dólares a 25 pesos para bajar la cotización hasta los 25,52 pesos. “La suba del dólar la sentimos todos, no discrimina si eres médico, obrero o vendedor ambulante.

Argentinos, bolivianos, venezolanos”, dijo Vera. Elvia Candia, programadora boliviana que reside en Buenos Aires, explicó que actualmente gasta hasta 7 mil pesos argentinos a la semana en compras de alimentos de primera necesidad (que equivalen a 1.948 bolivianos).

En enero, sólo invertía la mitad. Candia afirmó que los supermercados que frecuenta dejaron de llenarse, particularmente desde finales de 2017 y que argentinos y extranjeros aprovechan las ofertas de tres productos por dos pagados. “Ya no hay promociones con descuentos de bancos”. La percepción es compartida por otros migrantes. Carol Keller es alemana y estudia Comunicación Social en una universidad pública. “Ahora compramos marcas de segunda, no nos fijamos tanto la marca, sino vemos qué está en oferta en el lugar donde vamos de comprar”, señaló. Mientras tanto, el funcionario público Lucas González afirmó que los precios de las verduras, la carne y el pan se incrementaron más desde que el dólar empezó a dispararse a inicios de mayo.

“Cambié el comportamiento en las compras por el aumento. Ahora la gente compra por día, si tiene plata compra, si no tiene, ya no compra. Cambió, la gente gasta más, pero a la vez consume menos”, dijo. Finalmente, el abogado argentino Ricardo Flores explicó que tiene que buscar más clientes para afrontar el aumento de los precios. “Los precios están subiendo desde que está este Gobierno en 2015”, lamentó.