Las autoridades económicas de toda esta región, hambrientas de inversiones en infraestructura, están mirando más allá del horizonte financiero que les ofrece este país.
EL ESPECTADOR

Las economías del Sudeste Asiático tendrán que gastar unos US$2,8 billones en proyectos como carreteras, puentes, puertos y ferrovías entre 2016 y 2030 para mantener el crecimiento económico y reducir la pobreza, calcula el Banco Asiático de Desarrollo.
 
Y aunque China intervino para financiar algunas de esas inversiones con su iniciativa Belt and Road, de casi US$1 billón, los gobiernos del Sudeste Asiático están encontrando soluciones caseras para atraer inversionistas, en tanto evalúan los riesgos de apoyarse demasiado en la segunda potencia económica del mundo.

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