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Desde que los humanos pudimos mirar al cielo, nos asombramos de su belleza y sus incontables misterios. Naturalmente, a menudo se describe la astronomía como la más antigua de las ciencias, una inspiración para los humanos desde hace miles de años. Las pinturas rupestres prehistóricas reflejan fenómenos celestes. Y monumentos como las grandes pirámides de Guiza y Stonehenge parecen alinearse con precisión con los puntos cardinales o con los puntos del horizonte por los que salen o se ponen la luna, el sol o las estrellas.
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Desde que los humanos pudimos mirar al cielo, nos asombramos de su belleza y sus incontables misterios. Naturalmente, a menudo se describe la astronomía como la más antigua de las ciencias, una inspiración para los humanos desde hace miles de años. Las pinturas rupestres prehistóricas reflejan fenómenos celestes. Y monumentos como las grandes pirámides de Guiza y Stonehenge parecen alinearse con precisión con los puntos cardinales o con los puntos del horizonte por los que salen o se ponen la luna, el sol o las estrellas.
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