EDITORIAL
Desde 1972, hace más de 45 años, Bolivia exporta gas natural convirtiéndose en ese entonces en pionero de la integración por ductos, cuyas negociaciones que iniciaron en 1968 con Argentina han dado sus frutos hasta ahora luego de un nuevo contrato firmado ya en el nuevo siglo.
En la década de los 90´s nuestro horizonte exportador se expandió hacia Brasil convirtiéndose en el principal comprador por los volúmenes acordados. Ambos mercados han permitido al país sostener su economía, apuntalar su desarrollo y convertirse a lo largo de estos años en el mayor exportador de gas natural del Cono Sur con las oscilaciones de precios que eso significa.
Los mercados son el impulsor natural de los negocios y Bolivia supo aprovechar las oportunidades que se presentaron en esos momentos históricos diferentes.
El desarrollo de los yacimientos no convencionales en Estados Unidos desde hace una década y más recientemente en Argentina, el resurgimiento del Presal en Brasil, la reducción de costos en el transporte de GNL, el reimpulso de la relación gasífera de Chile con su vecino del sur, entre otros, marcan el nuevo contexto en el que debemos renegociar contratos y mantener nuestra preeminencia y nuestro rol integrador regional.
Estas circunstancias nos plantean encarar el desafío estando altamente preparados utilizando las mejores herramientas que nos permitieron ser un referente regional para garantizar seguir siéndolo.
El gas es energía, los países de la región, es decir nuestros mercados, la necesitarán en los próximos años de una manera creciente. Es importante estar en línea con el contexto comercial que nos rodea y tomar el desafío como una oportunidad la cual nos debe llevar a seguir siendo protagonistas en el continente.
Opinión de la presidente de la CBHE, Claudia Cronenbold en la edición N 113 de la revista Petroleo & Gas.