El Embajador de la Unión Europea en Bolivia delinea el proceso para que los bolivianos se beneficien con la no exigencia de visa para ingresar al Espacio Schengen y los avances que se tienen en ese sentido, un camino que se construye con la confianza mutua.
La Razón (Edición Impresa) / Iván Bustillos / La Paz
  
En 2015, Bolivia pidió oficialmente a la Unión Europea (UE) la exención de visa para los bolivianos que desearan visitar Europa; desde entonces el tema está en agenda; no hay plazos ni manuales para llevar a buen puerto el tema, destaca el embajador de la UE en el país, León de la Torre. Antes que el inicio de una mejor relación, el desvisado, sobre todo, es la culminación, el resultado  natural, de todo un proceso de construcción de mutua confianza entre la nación solicitante y, en los hechos, los 26 países que conforman el denominado Espacio Schengen. Si bien se negocia con la Unión Europea, al final el Parlamento de cada uno de todos los países del bloque debe aprobar la medida.
 
— ¿Cuándo finalmente Bolivia solicitó la supresión de la visa a la UE? Parece que fue en 2015.
 
— Efectivamente, Bolivia planteó la posibilidad de la supresión del requisito de visado Schengen para visitas de corta estadía en una reunión en 2015, en la reunión del Diálogo Político de Alto Nivel entre la Unión Europea y Bolivia, un foro anual donde debatimos todos los temas políticos globales, regionales, bilaterales, económicos, de cooperación, visados; en fin, los temas que interesan a ambas partes. Desde entonces ha estado siempre en la agenda.
 
— ¿Cuántos países más están pidiendo esto? El anterior embajador Timothy Torlot indicó que la propuesta ya había sido “admitida”.
 
— La propuesta es conocida, eso es lo importante. Y efectivamente no es la única. Hace poco, el Comisario de Inmigración (de la UE) presentó un nuevo proyecto para cambiar nuestra política de visado, para facilitar el ingreso a la Unión Europea de los viajeros con la documentación necesaria. Allí además se señala que 105 países requieren visado para entrar en el Espacio Schengen. Pero (el ingreso) es el resultado de una negociación, de un consenso interno del Espacio Schengen, que requiere su tiempo, en el que se tiene en cuenta distintos aspectos.
 
— Parece que tienen mucho que ver los flujos migratorios.
 
— Las circunstancias que afectan a la Unión Europea en un momento histórico dado tienen un impacto sobre sus políticas migratorias. El hecho de que en un año la UE haya recibido más de un millón de refugiados ha sido un reto a la capacidad de absorción e integración de la Unión de todas la personas que estaban buscando un futuro mejor, pero también tiene un efecto de limitar un poco las políticas más abiertas a otros países, porque hay un momento de saturación; pero ese momento creo que ya lo estamos superando, y ahora se plantea otra vez la posibilidad de estudiar las solicitudes de exención de visado.
 
— Porque hubo un tiempo en que se “congeló” todo trámite.
 
— Claro, esa fue una declaración que vi en su periódico. Pero bueno, la crisis migratoria de alguna manera se ha podido controlar en la UE y, por tanto, es un momento para estudiar solicitudes, de una manera amplia.
 
— ¿Hay una aprobación técnica en Bruselas y otra política en cada uno de los 26 países?
 
— Es una decisión política que se toma por consenso; es decir, se necesita el apoyo de todos los países que forman el Espacio Schengen, 22 de la UE y 4 del espacio económico, y, la verdad, no hay un manual. En todo caso, la exención del visado no es un tema mecánico, automático, es una negociación que incluye aspectos técnicos, como son la existencia del pasaporte biométrico, la cifra de expulsados anuales, la cifra de devueltos en frontera, que sean bajas estas cifras, que no existan redes de migración irregular, eso también se mira con mucha atención. Y luego, por supuesto, un acercamiento general: una sintonía tanto en temas económicos y comerciales, como en temas políticos globales. Eso se ve de una manera global, de una manera conjunta; no existen puntos que se tienen que cumplir, sino que simplemente se valora la cercanía, la confianza que existe entre ese país que solicita la exención de visado y el Espacio Schengen. Hay que imaginarse que la exención de visado, al fin y al cabo, es dejar entrar en Europa a ciudadanos de otro país sin preguntarles nada, es una muestra de confianza, que se construye. Por tanto, esa exención en realidad es el resultado de haber construido una relación muy estrecha y muy completa; no es el inicio, es más bien el resultado.