El titular de los productores de soya, Richard Paz, apunta a consolidar las exportaciones del sector y gestionar el uso de la biotecnología
FUENTE: EL DEBER

Como un hombre de campo, así se define Richard Paz, nuevo presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo). El técnico agrónomo, de 50 años, lleva 30 ligado al sector productivo. Ahora encara su mayor desafío en el agro, dirigir los destinos de una de las instituciones más importantes del sector. Los ejes que priorizará en su gestión son la libre exportación y el uso de la biotecnología. Afirmó que en 10 años la relación entre el Gobierno y el agro dejó con sabor a poco a los productores de soya de Santa Cruz. ¿Cuáles serán los principales ejes de su gestión en Anapo? Hace 10 años Anapo se trazó una agenda productiva. La gestión se enfocará en que seamos más productivos. Así crece Santa Cruz, Bolivia y hay alimentos en el país. Nuestro plan de trabajo es dar continuidad al trabajo realizado por la anterior directiva. Estamos luchando para que se autorice la liberación de las exportaciones y el uso de la biotecnología. Esto nos llevará a tener reuniones y negociaciones con autoridades de Gobierno.

En el tema de las exportaciones, en diciembre se firmó un acuerdo, ¿cómo se encuentra el flujo comercial? Se autorizaron las exportaciones, pero por algún motivo no están fluyendo. Parte de nuestra gestión será retomar el tema, ver qué es lo que pasa. Necesitamos tener esa libertad para saber qué hacer con el grano que nos queda. Porque de la producción de soya solo el 20% es para el mercado interno. El 80% deberíamos tener libertad de exportarlo para que el productor pueda acceder a mejores precios y rentabilidad. Sobre todo porque en los últimos años hemos sido muy golpeados por el clima. ¿Cómo evalúa la relación del Gobierno y ustedes los productores cruceños? Venimos trabajando 10 años en negociaciones, convenios con las autoridades. Y la verdad, que después de ese tiempo, nos queda sabor a poco con las cosas que se lograron. ¿Por qué ese sabor a poco? Porque deberíamos hacer uso de la biotecnología hace años. Se debieron liberar las exportaciones hace rato. Se avanza en algunos tópicos, pero poco. Somos ansiosos, los productores queremos avanzar más rápido, vemos a nuestros vecinos que crecen y nosotros crecemos menos. Lo único que queremos es producir más y que las autoridades nos faciliten las herramientas.

Entonces, ¿al Gobierno le cuesta entendedor al agro? Soy más técnico que político, se llega a las mesas de trabajo, y se avanza muy poco. Creo en la predisposición de los altos mandos de Gobierno, el presidente y las autoridades, los ministros del área, tienen buenas intenciones, pero llegamos a los mandos medios y siempre chocamos. Llegamos a esa etapa, estamos negociando, hay temas delicados, se cambia de autoridades y tenemos que arrancar de cero otra vez. Quisiéramos que nuestra gestión sea institucional, que los temas en que se avance, queden. Que las autoridades que llegan continúen. Eso es lo que planteamos, cosa que no ocurre en las autoridades de Gobierno. Se cambia de autoridad y tenemos que empezar de cero. Cada vez damos 10 pasos adelante, pero retrocedemos cinco o seis. No nos vamos a cansar de proponer cosas.

Porque lo que el productor quiere es producir más. La biotecnología es una punta de lanza del sector, ¿qué pasa si los eventos que se están negociando no se aprueban? Si no se aprueba el uso de esta herramienta seguiremos perdiendo rendimientos, competitividad con respecto a nuestros vecinos. Así que no podemos cerrar los ojos a tecnologías que han sido aplicadas con éxito por los países vecinos. Por ejemplo, Paraguay hace siete u ocho años, de sembrar menos soya que nosotros, pasó a duplicarnos y triplicarnos. Entonces, será importantísimo tener esas herramientas para producir. De no darse eso, vamos a seguir patinando en el mismo sitio. ¿Cómo marcha este problema con los avicultores por el precio de la harina de soya? Es un tema delicado, quiero resumir algo: la harina de soya, que es consumida con los polleros, es algo que no tiene sentido. Dos gremios se ponen de acuerdo para definir la producción de otro y a los productores nos dejan fuera. Hay un acercamiento, tenemos reuniones con la agroindustria que se asoció con la Caniob, y con los productores de pollos también hubo acercamientos, pero ellos tienen sus propios problemas que nos ‘salpican’ a nosotros, que deberíamos ser los principales invitados a la negociación de los precios.