Las elecciones previstas este año en varios países puede impactar el crecimiento de la región a corto plazo.
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La economía mundial y el comercio internacional ganan ímpetu, y eso es una buena noticia para América Latina. Ese auge que se vio el año pasado, anticipa Alejandro Werner desde el Fondo Monetario Internacional, continuará en 2018. La región, sin embargo, no está libre de riesgos. Las elecciones en muchos países crean incertidumbre y las políticas aislacionistas son una amenaza a la recuperación en curso. “Si hay un cierto cambio de políticas, los agentes económicos tienden a esperar a ver cuales serán las nueva prioridades”, anticipa el director del departamento del Hemisferio Occidental, refiriéndose a los casos de México y Brasil, “las decisiones importantes de los inversores se retrasan hasta saber cuáles son las reglas de juego para aprovecharlas mejor”. Eso, indica, suele hacer de lastre en los años poselectorales.

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