Mientras la Administración de Trump rompe acuerdos y cuestiona alianzas, el gigante asiático impulsa los lazos políticos, culturales y sociales con la región.
ELPAIS.COM

Una semana después de la elección de Donald Trump, el presidente Xi Jinping viajó a Latinoamérica por tercera vez en tres años para enviar un claro mensaje: China quiere ser el principal aliado de la región. “Si compartimos la misma voz y los mismos valores, podemos conversar y admirarnos sin importar la distancia”, prometió el líder asiático ante la presidenta chilena, Michelle Bachelet, en Santiago. A poco de cumplirse el primer año de Trump en la Casa Blanca, el Gobierno de EE UU está en retirada del plano internacional, cuestionando alianzas y rompiendo acuerdos. En América Latina, China, que desde hace más de 10 años es un importante socio comercial, aumenta ahora su influencia política, cultural y social para ocupar el vacío creado por la ausente estrategia estadounidense.

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