Las petroleras apuestan por la persistencia del gas como combustible fósil menos contaminante.
TNS LATAM
 
Carlos Schwartz

La petrolera francesa Total adquirió todo el negocio de 'upstream' de gas de la empresa de energía y gas Engie por 1.500 millones de euros. Esta última es resultado de la fusión en 2006 de Suez y Gaz de France, y sus actividades son la generación de energía, la distribución de gas y las renovables. El objetivo de Total es reforzar su posición como proveedor de gas natural licuado (GNL) a escala internacional. Las compañías petroleras han hecho una firme apuesta en favor del gas, con el criterio de que es un combustible fósil poco contaminante y que va a seguir alimentando a las plantas de generación de electricidad a escala mundial durante un todavía largo periodo. La carrera por las reservas de gas y el upstream se hizo evidente el año pasado con la adquisición de British Gas por parte de Royal Dutch Shell por 70.000 millones de dólares. Esto colocó a la petrolera anglo holandesa a la cabeza de la producción mundial de gas natural licuado. En 2013 Repsol vendió todos sus activos de gas natural licuado excepto la planta Canaport de Canadá en 6.653 millones de dólares también a Shell. Asia se ha convertido en un importante consumidor de gas, y esta semana la demanda combinada de China e India llevó los precios del GNL en Asia a un récord para los últimos 10 meses mientras ambos países se aseguran stocks ante el invierno en el hemisferio norte. El esfuerzo de China para mejorar la calidad del aire sustituyendo el carbón por el gas natural como combustible en la industria y la generación eléctrica y la escasez de carbón en India se han combinado para elevar la demanda en ambos países.
 
Los analistas dan por descontada una persistente demanda china en el futuro. El consejero delegado de Total, Patrick Pouyanne, afirmó que “el gas se había convertido en un nuevo mercado mundial” y que tras la operación su empresa se convertiría en uno de los grandes jugadores del sector. La empresa espera producir 40 millones de toneladas de GNL en el 2020 consolidando su posición como segundo en este mercado tras Shell.
 
Las inversiones en el sector se han disparado en los años recientes con algunos gigantescos proyectos en países como Australia. El aumento de la capacidad productiva en GNL llevará a que la oferta haya crecido un 50% entre 2014 y 2021. El incremento de las inversiones se ha reflejado en un aumento significativo de la oferta lo que ha determinado una caída de los precios, en particular en Estados Unidos por el gas no convencional. Este fenómeno ha determinado que la economía de escala sea cada vez más determinante en la posibilidad de obtener beneficio en el mercado del GNL. “La dimensión en gas se ha convertido en un factor decisivo, se retribuye la escala”, señala un trader del sector.
 
La cartera adquirida de Engie incluye activos de licuefacción como el proyecto Cameron GNL en Estados Unidos, contratos de largo plazo para la compra y venta de GNL y la flota de buques para el transporte del gas líquido así como infraestructuras de regasificación en Europa. Total ha hecho su apuesta de que el gas persistirá como combustible con reducidas emisiones en la sustitución creciente de otros combustibles fósiles como el carbón en primer lugar y el petróleo por detrás. “Pero parte de la jugada es haber definido al sector de la generación de energía eléctrica como una alternativa para cubrirse de la creciente declinación del petróleo como combustible.
 
Es un movimiento estratégico y Total es la petrolera que más ha centrado su apuesta en la sustitución de combustibles con más emisiones de carbono por el gas en particular en la generación de electricidad. La compra de los activos de Engie es expresión de esa estrategia”, de acuerdo con la fuente mencionada. El acuerdo de adquisición incluye una salvaguarda para Engie en relación con la mejoría del mercado del gas que podría implicar un pago suplementario de 550 millones de dólares en caso de materializarse.
 
Esta operación viene a completar un proceso de compras por parte de Total que este año ya adquirió el negocio petrolero de AP Möller Maersk en el Mar del Norte por casi 5.000 millones de dólares. Pouyanne afirmó que “no es necesario hacer más” y señaló que el próximo año “será para nosotros un año de consolidación”. Engie por su parte señaló que se centrará en tres sectores, la generación de electricidad con bajas emisiones de carbono, infraestructuras en particular de gas, y soluciones integradas de downstream para los clientes. Es decir que la empresa tiene prevista la preservación de su negocio de downstream.
 
La empresa está aumentando su inversión en energías renovables y mercados emergentes al mismo tiempo que reduce su presencia en el carbón y la energía nuclear. Como parte de esta estrategia Engie ha puesto a la venta unos 15.000 millones de euros en activos para reducir su dependencia de los combustibles fósiles y las plantas de generación térmicas. Mientras tanto la Agencia Internacional de la Energía ha manifestado su apoyo a la sustitución de combustibles con alto grado de emisión de carbono por el GNL algo que algunas de las grandes petroleras agrupadas en defensa del medio ambiente también defienden. Patrick Pouyanne declaró al respecto que: “Creemos que el gas será la principal fuente de la generación de electricidad en el futuro”. Los analistas señalaban tras anunciarse la operación que la cartera de grandes activos como Cameron GNL eran el principal atractivo de la adquisición de los activos de Engie por Total.