El rubro de la construcción siente las consecuencias de la desaceleración por la que atraviesa la economía boliviana.
FUENTE: LOS TIEMPOS

Las cifras de construcción en el país registran un crecimiento de 8 por ciento en 2012 y de 10,6 en 2013, el “pico” más alto de los últimos años. En 2014 y 2015, se devela un bajón con 7,8 y 5,4 por ciento respectivamente. En 2016, hay un ligero repunte , que llega al 7,8, pero para este año, economistas y empresarios constructores proyectan 8 por ciento, es decir un exiguo 0,2 por ciento más que en la gestión pasada. Si se consideran permisos de construcción, aprobados por año en las tres principales capitales del país, La Paz registra sus “picos” en 2007 (1.662 permisos) y 2012 (1.212). En contraste, en 2016 se llega sólo a 449 y hasta mitad de 2017 se tenían 220. En Cochabamba, la cúspide es en 2011 con 1.545 permisos, mientras que a 2016 se llega con 1.109 licencias.

Santa Cruz tiene su mayor expresión en 2010 con 743 permisos, pero en 2016 se concedieron 332. Hasta mitad de 2017, sólo había 38, la más baja de todo el país (datos del INE y Cámara de la Construcción de Santa Cruz). Algunos economistas ven en estas cifras un reflejo de la desaceleración económica nacional e incluso un riesgo de “burbuja económica”. Al mismo tiempo, identifican síntomas que afectarán al desempeño del sector, como el estancamiento de precios de propiedades o la caída de costos de materiales frente al incremento de otros insumos de forma simultánea. Del mismo modo, la continua carga impositiva genera migraciones de inversiones entre diferentes regiones del país que compiten por los capitales. El director de la Fundación Milenio, Henry Oporto, considera que los datos actuales muestran que el ritmo de crecimiento se ha reducido, aunque aún conserva su importancia. Considera que el crecimiento moderado fue posible gracias al programa Vivienda Social impulsado por el Gobierno, que obliga a las entidades financieras a destinar el 50 por ciento de su cartera a inversiones productivas. Este panorama inyectó recursos a través de créditos, con bajas tasas de interés que impulsaron la construcción, agrega Oporto.

A su turno, el analista Carlos Schlink explica que ante este panorama el mercado tuvo que adaptarse rápidamente para no recibir un impacto abrupto. En este sentido, detalla que las propiedades achicaron sus dimensiones para no incrementar los precios. Asimismo, agrega que los ciudadanos continúan invirtiendo en este rubro porque los bienes inmuebles no pierden su poder adquisitivo por ser parte de activos financieros que resguardan el dinero. Por su parte, el economista Alberto Bonadona afirma que la compra de propiedades comenzó a caer desde 2014, producto de la crisis de los precios internacionales, que afectó la economía y los ingresos de la población.

En tanto, el economista Pablo Cuba explica que el leve crecimiento es generado por las pocas inversiones que se concentran en destinos atractivos que ofrecen condiciones competitivas, como Santa Cruz, pero anticipa una fuerte contracción a futuro. “Habrá una tendencia a relentizarse. No creo que haya un boom en los próximos tres a cinco años”, sentencia. CONTRASTES 2013 fue el año de mayor crecimiento. La construcción reportó un crecimiento del 10,6 en 2013, porcentaje que permanece sin superar hasta la fecha. Cochabamba carece de grandes proyectos. El economista Pablo Cuba sostiene que Cochabamba no generó grandes proyectos como los de Santa Cruz. Fomentan oficinas y departamentos de lujo. Las constructoras optaron por desarrollar inmuebles de lujo para atraer nuevos clientes y diversificar operaciones. TESTIMONIOS "Se advierte una caída en la demanda y la tendencia a que se genere una sobreoferta de bienes inmuebles. Esto puede dar lugar al fenómeno de la burbuja inmobiliaria. Las autoridades no han reaccionado, no le han prestado mayor atención a estas señales de alarma". Henry Oporto. Investigador Fundación Milenio "En el sector privado, la caída del sector petróleo y minerales ha hecho que la liquidez disminuya y que los cooperativistas mineros, que eran grandes compradores de edificios y departamentos, ya no sean demandantes y afecte al mercado de construcción". Pablo Cuba.

Economista CRISIS FRENA “BOOM” DE LA CONSTRUCCIÓN REGIONAL

El año 2014 puso fin al “boom” de la construcción que experimentó Cochabamba desde 2007, debido a un contexto económico nacional adverso, pero esto no frenó la expansión del rubro, ya que los empresarios e inversionistas supieron hacer una lectura de la realidad y focalizaron la oferta inmobiliaria a nichos de mercados específicos. El presidente de la Cámara de la Construcción de Cochabamba (Cadeco), Antonio Siles, explica que desde 2014, muchas empresas cochabambinas suspendieron sus aportes, mientras que otras 12 cerraron. En el último año sólo se afiliaron tres compañías. Por su parte, el presidente del Colegio de Arquitectos de Cochabamba, Rafael Sainz, afirma que el metro cuadrado en la zona del estadio bajó hasta 850 dólares en 2017, frente a los mil ofrecidos en años anteriores. Los empresarios intentaron revertir la situación construyendo oficinas y departamentos de lujo para atraer nuevos clientes, finaliza.

SANTA CRUZ, FIRME EN EL CRECIMIENTO CONSTRUCTOR

El economista Pablo Cuba considera que Santa Cruz mantiene inversiones y compradores atraídos por la estrategia de negocios inmobiliarios que “venden sueños” a la población. Cuba califica el fenómeno como un “flujo de capitales” de occidente a oriente.

El gerente de la Cámara de la Cámara de la Construcción de Santa Cruz (Cadecocruz), Javier Arze, destaca el desempeño del sector y afirma que la desaceleración aún no afectó al rubro, pero también padecerá sus consecuencias. Arze estima que la construcción en Santa Cruz crecerá 9,1 por ciento en 2017 frente al 8 a nivel nacional. En 2016, el departamento reportó un crecimiento de 21,8 por ciento en el rubro. “Son dos factores los que hacen que el sector de la construcción presente importantes niveles de crecimiento de la actividad: el primero es la inversión pública, que superó el año 2016 los 5.000 millones de dólares, y el segundo la demanda interna de los consumidores”, finaliza.