BBC Mundo
En el verano de 2011, trabajé en una pequeña agencia de viajes en Berlín y tuve que enfrentarme a un gran problema: mis clientes tenían billetess a ningún sitio. El aeropuerto al que debían viajar, el aeródromo de Brandenburgo, no estaba abierto para recibirlos. De eso han pasado ya seis veranos pero la situación es la misma a día de hoy. Y lo que es peor, el proyecto ha sobrepasado su presupuesto inicial en miles de millones de euros y ni siquiera está cerca de terminarse. Así que me pregunto, ¿qué fue de la aclamada eficiencia alemana?
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En el verano de 2011, trabajé en una pequeña agencia de viajes en Berlín y tuve que enfrentarme a un gran problema: mis clientes tenían billetess a ningún sitio. El aeropuerto al que debían viajar, el aeródromo de Brandenburgo, no estaba abierto para recibirlos. De eso han pasado ya seis veranos pero la situación es la misma a día de hoy. Y lo que es peor, el proyecto ha sobrepasado su presupuesto inicial en miles de millones de euros y ni siquiera está cerca de terminarse. Así que me pregunto, ¿qué fue de la aclamada eficiencia alemana?
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