FUENTE: LA PRENSA
Ante esa situación, el sector llevó a cabo un paro de actividades en tres puntos de Santa Cruz durante media jornada. Esta medida derivó en una denuncia en contra de Juan Yujra, por el delito de instigación pública a delinquir que fue interpuesta por la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH). Según Yujra, en 2003, un flete entre la ciudad de Santa Cruz y el municipio de Puerto Suárez, ubicado a casi 700 kilómetros, tenía un precio de 900 y 1.000 dólares, pero en la actualidad los transportistas perciben sólo 500 dólares por el mismo servicio.
Los puntos de paro del transporte pesado fueron en la refinería de Palmasola, en el kilómetro 13 de la Doble Vía a La Guardia y en el municipio de Pailón. El sector de cisternas, que transportan combustible desde la refinería hasta las estaciones de servicio de la ciudad y provincias, también formó parte de la medida de presión. Para César Mancilla, dirigente de los transportistas de cisternas, la situación es insostenible porque ni siquiera les permite cubrir el costo de mantenimiento de sus motorizados. Explicó que, por ejemplo, el traslado de 10.000 litros de combustible desde la refinería hasta un surtidor tiene un costo de 200 bolivianos.
Ante esa situación, el sector llevó a cabo un paro de actividades en tres puntos de Santa Cruz durante media jornada. Esta medida derivó en una denuncia en contra de Juan Yujra, por el delito de instigación pública a delinquir que fue interpuesta por la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH). Según Yujra, en 2003, un flete entre la ciudad de Santa Cruz y el municipio de Puerto Suárez, ubicado a casi 700 kilómetros, tenía un precio de 900 y 1.000 dólares, pero en la actualidad los transportistas perciben sólo 500 dólares por el mismo servicio.
Los puntos de paro del transporte pesado fueron en la refinería de Palmasola, en el kilómetro 13 de la Doble Vía a La Guardia y en el municipio de Pailón. El sector de cisternas, que transportan combustible desde la refinería hasta las estaciones de servicio de la ciudad y provincias, también formó parte de la medida de presión. Para César Mancilla, dirigente de los transportistas de cisternas, la situación es insostenible porque ni siquiera les permite cubrir el costo de mantenimiento de sus motorizados. Explicó que, por ejemplo, el traslado de 10.000 litros de combustible desde la refinería hasta un surtidor tiene un costo de 200 bolivianos.