El país, que este mes preside el Consejo de Seguridad de la ONU, espera que las negociaciones sobre el texto puedan completarse pronto y que este sea aprobado en los próximos días.
FUENTE: JORNADA

El país latinoamericano, que este mes preside el Consejo de Seguridad, espera que las negociaciones sobre el texto puedan completarse pronto y que este sea aprobado en los próximos días. Así lo señaló ayer su embajador, Sacha Llorenti, durante un debate público sobre este asunto. Llorenti defendió que la resolución sentará un "precedente positivo" a la hora de reconocer la "amenaza" que suponen las minas terrestres y los remanentes explosivos y de destacar la importancia de la acción de desminado. Varios países se pronunciaron durante la sesión a favor de la iniciativa, aunque por ahora no se ha alcanzado un consenso sobre el texto.

"La población civil es la que más sufre por la contaminación con explosivos, incluso una vez finalizados los conflictos", recordó Llorenti, que leyó algunos testimonios de víctimas. El representante boliviano destacó que este tipo de armas siguen costando la vida a miles de personas cada año, con un alto porcentaje de niños entre las víctimas, pese a los progresos logrados en la última década. Además, las minas y otros explosivos diseminados en muchas zonas dificultan los procesos de paz y el desarrollo, dificultando por ejemplo la movilidad de los civiles o el uso de las tierras, señaló.

El Consejo de Seguridad escuchó también el testimonio de Nathalie Ochoa, una trabajadora del Servicio de Actividades sobre Minas de la ONU en Colombia, que destacó las dificultades que las minas terrestres plantean en el país. "Las minas antipersona y los restos de explosivos de guerra seguirán siendo un legado perdurable del conflicto", dijo Ochoa, que subrayó que la "acción humanitaria contra las minas será una actividad crucial" de cara al fin definitivo de la violencia y la consolidación de la paz.