FUENTE: EL DÍA
El proyecto se desarrolló en dos fases; la primera el 2011 que atendió dos pozos petroleros (SAN-X3 y SAN-31) que presentaban fugas en superficie y contaminaban la Quebrada Cororoy que actualmente recobró su vitalidad damnificada durante varias décadas, y la segunda fase que abarca siete pozos (SAN-2, SAN-9, SAN-17, SAN-26, SAN-28, SAN-32 y S/N Itavicua), se inició en 2014. YPFB lleva a cabo proyectos de descontaminación de suelos empetrolados y pasivos ambientales (actividades petroleras pasadas) que son atendidos en función a una evaluación de prioridad y nivel de riesgo.
Una vez que el suelo esté completamente tratado se procede a la restauración ambiental a través de la aplicación de obras de control de erosión, reconformación topográfica y revegetación.