La Contraloría General de la República espera que en agosto finalice la etapa de versiones libres y empiece la imputación o archivo de diligencias contra 38 directivos y exdirectivos de la Refinería de Cartagena (Reficar) y su matriz Ecopetrol, así como de las empresas relacionadas con Chicago Bridge & Iron Company (CB&I), contratista principal de la fábrica más grande de Colombia.
Fuente: El Colombiano‎
   
Luego el ente de control comenzará un largo camino para determinar responsabilidades individuales entre los hoy solo “presuntos responsables”, de un detrimento patrimonial que “se pudo dar” y tasó en 6.080 millones de dólares, equivalente a 17 billones de pesos.
 
Ese monto se desprende de sobrecostos que alega la Contraloría en una megaobra que se tardó en culminarse 27 meses más de lo inicialmente estimado y terminó costando 8.016 millones de dólares, el doble de lo presupuestado hasta mayo de 2011.
 
Eso pasó por cinco aumentos en presupuestos de obra, llamados “controles de cambio”, ante ineficiencias de planeación y contingencias del contratista. Estos fueron aprobados por las juntas directivas de Reficar y Ecopetrol.
 
Al respecto, ayer Reficar señaló en un comunicado que tales controles de cambios “fueron rigurosamente sustentados técnica, comercial y financieramente y fueron necesarios para asegurar la terminación del proyecto”.
 
También el presidente de Ecopetrol, Juan Carlos Echeverry, quien se abstuvo de atender a EL COLOMBIANO, defendió en medios radiales la tesis de que “no todo aumento en el presupuesto es un detrimento patrimonial”.
 Razones de fondo
 
Argumentó que la mejor decisión era concluir la refinería con CB&I y poner más controles, luego de que en 2012 la multinacional Bechtel cotizó que la terminaba a cambio de 8 mil millones de dólares.
 
“Lo otro era parar la refinería, luego de haber gastado millones de dólares (...). Ambas juntas directivas consideraron que terminarla era la decisión más sensata con el patrimonio de la Nación y de Ecopetrol”, agregó Echeverry, en diálogo con La W.
 
Pero también hay que tener en cuenta que CB&I, desde tiempos que Glencore era socia de Ecopetrol en la ampliación de Reficar, comenzó obras con solo 20 % de la ingeniería de detalle. De hecho, la contratación es uno de los temas que investiga la Fiscalía.
 
La falta de planeación abrió, desde entonces, la puerta a errores, improvisaciones, ineficiencias y recuantificación de cantidades de obra. A eso se sumó que se ajustaron diseños para ganar capacidad de procesamiento de crudo y producción de derivados.
 
“Hay que diferenciar los mayores costos por cambio en el alcance del proyecto y aquello que se debe ser objeto de investigación de los entes de control, en la media que sean costos injustificados, por negligencia y , eventualmente, de corrupción”, comentó ayer a este diario el consultor Alejandro Martínez, expresidente de la Asociación Colombiana de Petróleo (ACP).
 
Agregó que este desenlace de la nueva planta de Reficar también deja demostrado que Ecopetrol no estaba preparada para asumir un proyecto de esa magnitud, que fue desacertada la elección del contratista y faltó control en la ejecución. “Si la empresa estuviera preparada, estos problemas no se hubieran presentado o se hubieran detectado a tiempo”, concluyó.