Las particularidades geográficas de las costas del territorio nacional, junto con los mayores costos de inversión que tiene este tipo de iniciativas, comparadas con las que se realizan en tierra firme, son los principales factores que explican la nula inversión de esta tecnología eólica hasta el momento.
Fuente: EI
   
El desarrollo en Chile de proyectos eólicos en el mar, conocidos también como parques eólicos marinos “offshore” es de dulce y de agraz: si bien en las costas del territorio nacional algunas zonas cuentan con un alto potencial de vientos para materializar estas iniciativas, lo cierto es que las inversiones que requieren son mayores a las que demanda un proyecto eólico en tierra firme (onshore).
 
De acuerdo a los especialistas consultados por Revista ELECTRICIDAD este es el principal motivo por el cual todavía no se realizan proyectos eólicos de este tipo en el país, donde también se registran diferencias respecto a otras zonas del planeta donde se desarrollan centrales off shore.
 
Realidad A nivel mundial la generación eólica marina goza de buena salud, desde la instalación del primero de sus parques mar adentro en Dinamarca, en 1991. La capacidad instalada de parques eólicos offshore en el mundo supera los 13.000 MW, de acuerdo al último reporte de 2015 del Consejo Mundial de Energía Eólica, donde la mayor cantidad de proyectos se instalan en Alemania, Gran Bretaña, Holanda y China.
 
Esta realidad es destacada por Luis Vargas, director del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Chile, quien señala a Revista ELECTRICIDAD que los proyectos offshore cuentan con una serie de particularidades, como presentar un mayor factor de planta debido a que cuentan con un régimen de viento más estable que los proyectos onshore, “acortando la brecha entre potencia máxima y potencia media. Al tener un recurso de viento más permanente los aerogeneradores pueden generar más energía en las centrales marinas”.
 
“Desde el punto de vista comercial los costos de estos proyectos son más altos porque la construcción es más compleja. Si en un proyecto onshore se debe hacer un camino para instalar los parques, en el mar deben transportarse en barcos, lo que se une a las mayores inversiones para la transmisión submarina hacia tierra firme, aunque esto se compensa con los factores de planta que son mayores. Esto es lo que ha llevado a construir proyectos eólicos marinos superiores a 300 MW, ya que las economías de escala ayudan a mitigar esos costos adicionales, por lo que se hacen rentables”, sostiene el académico.
 
Marcelo Fuentes, jefe de Carrera de Energías Renovables y Eficiencia Energética del Instituto Profesional Virginio Gómez de la Universidad de Concepción, indica que los parques marinos tienen una vida de operación que duplica la duración de los proyectos onshore, “porque al tener vientos constantes las torres eólicas tienen menos desgaste pues no deben realizar tantas paradas ni partidas como sucede en los parques de tierra firme”.
 
Según el especialista, “la inversión en un parque onshore podría recuperarse al séptimo u octavo año de operaciones, mientras que en los offshore en diez años, aunque estos últimos tienen una vida útil de diez años más respecto a los primeros”.
 
Torres eólicas de Vestas en el norte de Europa. Foto: Gentileza Vestas.
 
Torres eólicas de Vestas en el norte de Europa. Foto: Gentileza Vestas.
 
Fondo marino Otro factor que incide en el desarrollo de los parques de este tipo en Chile son los fondos marinos en las costas nacionales. Luis Vargas afirma que “gran parte de nuestra costa tiene una pendiente muy abrupta, que baja rápidamente. El otro problema que tenemos son los episodios de marejadas que se han hecho más constantes en el último tiempo en las costas, lo que supone hacer fundaciones más fuertes que sean capaces de lidiar con este tipo de episodios.
 
Por su lado, Marcelo Fuentes señala que la profundidad de las costas chilenas también influye ya que “encarece los proyectos, siendo uno de los factores por lo que los inversionistas no los construyen acá. No son como en el norte de Europa, en el mar báltico o del norte, donde las profundidades marinas son bajas, lo que permite construirlos”.
 
Marcelo Fuentes, jefe de Carrera de Energías Renovables y Eficiencia Energética del Instituto Profesional Virginio Gómez de la Universidad de Concepción. Foto: Gentileza IP Virginio Gómez. Marcelo Fuentes, jefe de Carrera de Energías Renovables y Eficiencia Energética del Instituto Profesional Virginio Gómez de la Universidad de Concepción. Foto: Gentileza IP Virginio Gómez. Marcelo Fuentes, jefe de Carrera de Energías Renovables y Eficiencia Energética del Instituto Profesional Virginio Gómez de la Universidad de Concepción. Foto: Gentileza IP Virginio Gómez.Luis Vargas, director del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Chile. Foto: Juan Carlos Recabal-Revista ELECTRICIDAD. Potencial Luis Vargas asegura que Chile tiene zonas “en las cuales se podría explorar un proyecto eólico offshore flotante como en las costas al sur de Concepción y en Valdivia, donde la pendiente marina es más baja, además de la zona patagónica donde hay bahías bajas que tienen un tremendo potencial, aunque la demanda de energía en esa zona es baja”.
 
Marcelo Fuentes coincide en la posibilidad de realizar parque eólicos marinos con tecnología flotante puesto que “los estudios con sensores satelitales han medido el potencial eólico con la calidad de vientos en el mar, especialmente a partir de 30 grados de latitud sur, o sea entre la Región de Coquimbo hacia el sur, con velocidades de 8,1 metros por segundo como promedio, los cuales aumentan a 8,5 m/s desde la Región del Biobío hacia el extremo austral, por lo que los proyectos de parques flotante son viables”.
  
La visión de los proveedores de aerogeneradores:
 
Acciona José Ignacio Escobar, gerente general de Acciona concuerda en que las principales diferencias entre un proyecto offshore y un onshore está en el costo de la inversión, “porque una planta eólica en el mar tiene costos logísticos y constructivos que se duplican respecto a los proyectos eólicos que se hacen en tierra y eso, evidentemente, en mercados eléctricos cada vez más competitivos hace que las plantas offshore tengan más dificultades para competir económicamente con tecnologías convencionales.”
 
“Las empresas que han apostado por la tecnología offshore, tanto productores de energía como los fabricantes de turbinas, son bastante reducidos, y trabajan en el mercado europeo, donde todavía el tema offshore es visto como una innovación y por lo tanto las tecnologías tienen ciertos niveles de subsidios porque muchas veces tienen restricciones de espacio físico, por lo que los proyectos en el mar son vistos como una forma de descongestionar el territorio”, afirma el ejecutivo a Revista ELECTRICIDAD.
 
Siemens Tristan Wallbank, gerente de Siemens Wind Power Chile señala que, si bien la empresa alemana aún no tiene contemplado desarrollar futuros proyectos off shore en el mercado nacional, a nivel mundial se registra un crecimiento “que ha contribuido a impulsar la inversión en el sector y el interés ha llevado a una disminución de los precios en casi un 60% desde 2000”.
 
Según el ejecutivo, “el viento en alta mar es una tecnología relativamente nueva. A corto plazo, el viento costa afuera está destinado a ser más eficiente y competitivo a través de reducciones de costos y avances tecnológicos. Es por eso que esta tecnología innovadora está en una fase de desarrollo abrupta y está ganando popularidad en todo el mundo”.
 
Como ejemplo de lo anterior, Wallbank menciona que en los años noventa tres países contaban con parque off shore, comparado con los 15 que en estos momentos tienen esta tecnología, mientras que el diámetro promedio del rotor eólico pasó de 37 a 96 metros.
 
“En 2015 Siemens instaló 2,6 GW, según indicó el informe realizado por Bloomberg New Energy Finance. Como referencia, la compañía cuenta con 175 turbinas instaladas en el Parque Eólico London Array en Reino Unido, el parque eólico marino más grande del mundo, con 630 MW de capacidad instalada”, explica el especialista.
 
Vestas Stewart Mullin, director de Marketing y Comunicaciones de Vestas indica a este medio que el foco de las inversiones en offshore está concentrado en Europa. “Estamos vigilando activamente los mercados emergentes y estamos encantados de explorar nuevas oportunidades cuando surgen, pero nuestro enfoque sigue estando en nuestros principales mercados europeos”.
 
El ejecutivo sostiene que los aerogeneradores que se implementan en los parques marinos tienen mayores potencias: “las turbinas costa afuera tienden a ser más grandes.
 
En Vestas nuestra turbina insignia es de 8 MW con un rotor de 164 metros, lo que indica la tendencia para estas centrales”.
 
Gamesa Esta empresa española fusionó su negocio eólico con Siemens el año pasado, informándose que el centro de operaciones del negocio offshore estará ubicado en Hamburgo (Alemania) y Vejle (Dinamarca).
 
Anteriormente Gamesa también firmó en 2015 un acuerdo con la empresa eólica Areva para crear el joint venture Adwen, con sede en España con el objetivo de desarrollar las actividades de diseño, fabricación, instalación, puesta en marcha y operación y mantenimiento de turbinas offshore.
 
“La combinación de la experiencia y track record de Gamesa y Areva en el sector eólico sitúan a Adwen en una posición privilegiada para convertirse en un líder de la industria eólica-marina. Con una sólida cartera de proyectos de 2,8 GW, la joint venture aspira a alcanzar una cuota de mercado próxima al 20% en 2020 en Europa”, informó la empresa española a través de un comunicado cuando cerró la operación con Areva en 2015.
 
“Además, la experiencia acumulada por ambos socios en Asia, permitirá a la compañía beneficiarse de los grandes potenciales offshore de esta región, con previsiones de 17 GW instalados en 2020”, agregó este operador.