Fue el más rico de Brasil y quiso ser el número uno del mundo, pero el ascenso de Eike Batista fue tan meteórico como breve. Su estrepitosa caída empezó en 2013, con su naufragio empresarial, y culminó este lunes 30 de enero con su detención por corrupción. Fanático de la velocidad y de las lanchas deportivas, este empresario de 60 años se convirtió en un emblema del entusiasmo global que generó Brasil en los últimos tiempos, lo que le permitió captar a grandes inversionistas para su proyecto petrolero.

El magnate Eike Batista llega al penal Ary Franco el 30 de enero, en Rio de Janeiro, luego de ser detenido al desembarcar en el aeropuerto de Rio, en un vuelo procedente de Nueva York, en cumplimiento de una orden de prisión por corrupción.
EL NUEVO HERALD

NATALIA RAMOS AFP Sao Paulo

Fanático de la velocidad y de las lanchas deportivas, este empresario de 60 años se convirtió en un emblema del entusiasmo global que generó Brasil en los últimos tiempos, lo que le permitió captar a grandes inversionistas para su proyecto petrolero. “Yo creí en eso. Viviendo en un país que tenía aquellos descubrimientos de petróleo gigantescos, ¿por qué yo no podía ser bendecido con uno de ellos?”, se preguntaba Batista en una entrevista en 2013 con el diario The Wall Street Journal...Siga leyendo>