LA NACIÓN
Es la principal característica de este año. El fenómeno, cuentan los especialistas, sólo aparece en momentos de crisis económica. Se trata del llamado consumo "de a puchitos" en el que el cliente aumenta su frecuencia de visita al supermercado, pero, al mismo tiempo, achica el tamaño de la compra que realiza. En un año que comenzó con los efectos de una postergada devaluación, no es una novedad que el actual período haya sido duro para el bolsillo de los argentinos. Según la firma Kantar World Panel, ocho de cada diez argentinos restringieron su consumo en 2016. El año concluirá, según sus proyecciones, con una caída en torno de 4%, la cifra más alta desde 2001, cuando se derrumbó cerca de 11%. Sin embargo, el año que viene se prevé una mejora de 2,5%, en contraste con un período negativo, y sólo serviría para recuperar niveles de 2012. Para los expertos, el consumo está estancado desde hace seis años.
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Es la principal característica de este año. El fenómeno, cuentan los especialistas, sólo aparece en momentos de crisis económica. Se trata del llamado consumo "de a puchitos" en el que el cliente aumenta su frecuencia de visita al supermercado, pero, al mismo tiempo, achica el tamaño de la compra que realiza. En un año que comenzó con los efectos de una postergada devaluación, no es una novedad que el actual período haya sido duro para el bolsillo de los argentinos. Según la firma Kantar World Panel, ocho de cada diez argentinos restringieron su consumo en 2016. El año concluirá, según sus proyecciones, con una caída en torno de 4%, la cifra más alta desde 2001, cuando se derrumbó cerca de 11%. Sin embargo, el año que viene se prevé una mejora de 2,5%, en contraste con un período negativo, y sólo serviría para recuperar niveles de 2012. Para los expertos, el consumo está estancado desde hace seis años.
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