La carga impositiva total en el precio final de esos servicios llega casi al 40%, según un informe; Ingresos Brutos y Ganancias son los principales causantes.
LA NACIÓN

El papelito verde es un "recibo ambulatorio". Cualquier turista, argentino o extranjero, se hace dueño de ese certificado apenas sale del aeropuerto misionero y toma el camino a Puerto Iguazú, uno de los núcleos turísticos del país. A mitad del trayecto, un grupo de trabajadores municipales pertenecientes a esa intendencia frenan obligatoriamente los autos sobre la ruta nacional 12 para cobrar $ 20 a cada turista en concepto de "tasa eco turística municipal". Es un impuesto nacido de la ordenanza 54/2015. Los taxistas recomiendan guardar el papelito verde. Si se vuelve a pasar por ese punto, es necesario mostrarlo. Si no, la "oficina de recaudaciones" volverá a cobrarle. El mundo del turismo y del esparcimiento es también un mundo de impuestos. Y no sólo por esas insólitas tasas municipales, sino también por la pesada carga impositiva total sobre hoteles y restaurantes. Casi el 40% del precio final de los servicios que los turistas pagan en un hotel grande son impuestos. Algo similar pasa con los restaurantes: de cada $ 100 gastados en uno de esos establecimientos $ 40 corresponden a impuestos. Viajar y comer afuera son gustos caros.

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