La caída de precios y la falta de divisas frenan al sector en el país de las mayores reservas de crudo.

Cerca de los pozos donde se quema el petróleo, la gente hace fila por gas licuado.
LA NACIÓN

UNTA DE MATA, Venezuela-Esta deteriorada ciudad petrolera tiene un misterioso brillo nocturno, iluminada por decenas de pozos que queman precioso crudo y gas porque el equipo necesario para procesarlo no funciona. Las columnas de humo de Puerto Mata crecen cada mes, un despilfarro asombroso en un momento en que Venezuela, el país con las mayores reservas petroleras del mundo, necesita con desesperación el dinero de cada barril de crudo para importar alimentos y medicinas. En este caso, los yacimientos queman dinero, casi literalmente.

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