El país recibe en julio 3,8 millones de visitantes extranjeros, el máximo histórico en un solo mes.
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El sector turístico británico atraviesa su mejor momento, impulsado un efecto colateral del brexit: la devaluación de la libra. Unos 3,8 millones de extranjeros visitaron las islas en julio, el récord histórico para un solo mes y un 2% más que en el mismo periodo de 2015, según los datos de la agencia inglesa de turismo VisitBritain. El desplome de la moneda británica tras el referéndum, que cotiza al nivel más bajo en 30 años en relación con el dólar, convirtió al país en un destino turístico atractivo por la caída de los precios medidos en moneda extranjera. El gasto de los visitantes aumentó un 4% con respecto a julio de 2015 y alcanzó los 2.500 millones de libras (aproximadamente 2.775 millones de euros).

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