El estudio, encargado por productores, fue presentado ayer.
FUENTE: LA PRENSA

Una encuesta de Equipos Mori, realizada a 600 personas en el eje central, reveló que la mitad de los encuestados reconoce que ya consume alimentos transgénicos y entre seis y siete de cada 10 personas no los asocia con algo negativo para la salud, por lo tanto no se oponen al uso de la biotecnología en el agro para la producción de alimentos.

“El 50 por ciento de la población encuestada reconoce que ya consume alimentos transgénicos aunque no los identifique, pese a su consumo tradicional como el trigo con el que se elabora el pan”, explicó el presidente de Equipos Mori, José Luis Galvez, quien estuvo acompañado por los representantes de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), de la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas (Anapo) y del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE). Por otra parte, señaló que de acuerdo con los resultados de la consulta, el 67 por ciento apoya el uso de biotecnología para mejorar y producir más alimentos; pero reconoció que hace falta más información sobre la temática para poner en debate la iniciativa.

Otras investigaciones a nivel mundial sostienen que aunque los primeros cultivos transgénicos daban ventajas a los agricultores, se desarrollan en la actualidad cultivos que presentan beneficios más evidentes para el consumidor y para la industria alimentaria, tales como propiedades nutricionales, funcionales y tecnológicas mejoradas. Bajo esta perspectiva, el presidente de Anapo, Reynaldo Díaz, expresó su satisfacción por el apoyo de la población para el uso de biotecnología en el agro y dijo que este proceso se utiliza en el país en la soya, desde hace una década. “Hemos crecido en el propósito casi un 1.2000.000 hectáreas de cultivos de soya. Me siento satisfecho con esta encuesta, es muy importante que se libere todos los estudios científicos donde se corrobore que no hay un daño al medio ambiente ni a la salud.

Actualmente, 180 millones hectáreas se siembran en todo el mundo y no hay un solo caso que se haya reportado sobre daño a la salud humana”, sostuvo. En criterio de Díaz, los productores agrícolas podrían enfrentar de mejor manera los efectos climáticos, plagas y enfermedades en los cultivos con la liberación de eventos biotecnológicos. También hizo notar que hay países que ya tienen cultivos genéticamente modificados resistentes al gusano cogollero, que afecta fuertemente a los cultivos de maíz en Bolivia. Por su parte, el presidente de la CAO, Julio Roda, destacó los resultados de la encuesta y aseguró que el uso de la biotecnología permitiría garantizar la rentabilidad al agricultor para que no tenga que sufrir el impacto del clima y el ataque de plagas. Insinuó que el uso de semillas genéticamente mejoradas, resistentes a plagas y al estrés hídrico, podría no sólo evitar un nuevo golpe económico contra el sector productivo, sino también evitar el desabastecimiento y el encarecimiento de los alimentos.

Antecedentes

En abril de 2015, el Gobierno dejó en manos de los productores la decisión de utilizar o no semillas transgénicas para aumentar la producción de alimentos, como lo planteó entonces la CAO. Asimismo , en la Cumbre Agropecuaria Sembrando Bolivia, realizada en Santa Cruz el 2015, se determinó que el uso de la biotecnología en cultivos de algodón, soya y maíz transgénico por cinco años, con criterios de zonificación, sea tratado en una mesa de debate, que aún no se efectúa. Sin embargo, la Ley Marco de la Madre Tierra y Desarrollo Integral para Vivir Bien señala en su artículo 24, numeral 7 que se deben “desarrollar acciones de protección del patrimonio genético de la agrobiodiversidad, prohibiendo la introducción, producción, uso, liberación al medio y comercialización de semillas genéticamente modificadas”.

Por el contrario, el numeral 8 precisa que se deben “desarrollar acciones que promuevan la eliminación gradual de cultivos de organismos genéticamente modificados autorizados en el país (…)”. La Ley 144 de Revolución Productiva, Comunitaria y Agropecuaria prohíbe también el uso de transgénicos.