Hará una subasta del Banco Ciudad para la nave presidencial; busca una más modesta y con más seguridad.
LA NACIÓN

La decisión demandó meses de conversaciones, marchas y contramarchas, análisis político y números finos. Pero la decisión está tomada: el gobierno de Mauricio Macri rematará "antes de fin de año" dos aviones que integran la flota presidencial, mientras acelera la compra de una aeronave sin lujos que le costará unos US$ 40 millones al Estado. Deseos de evidenciar una postal de fin de época, necesidad de ahorrar dinero o simplemente hartazgo. Sea por la razón que fuera, el Presidente se convenció de rematar el simbólico Tango 01 y el 04 cuando los especialistas le sugirieron la posibilidad de comprar un avión con "largo alcance", de unos 15 asientos, para dejar de alquilar un avión privado, como los que lo depositaron en Europa o en su reciente gira por China. El remate de los aviones presidenciales, abierto e internacional, estará a cargo del Banco Ciudad, la entidad presidida por Javier Ortiz Batalla, que ya retomó con éxito la mecánica de los remates de la Aduana.

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