BBC Mundo
Se sorprendieron -y yo también- de ver puestos repletos de verduras, cajas de cereales, pan integral de bolsa. Mi conclusión rápida fue que en Venezuela, o al menos en Caracas, hay comida. Aunque sea a un precio cada vez mayor por la inflación, y por ello inaccesible para la mayoría de la gente. Conviven tiendas con productos de lujo importados a precios muy superiores a los de Europa o Estados Unidos con supermercados en los que hay que hacer fila durante en busca de alimentos básicos a precios regulados que desaparecen con rapidez. En unos abunda el agua mineral con gas europea. En los otros es imposible ver el arroz, que pertenece a los productos de precio bajo, regulado, entre los que están los básicos para la dieta de un venezolano (harina de maíz precocinada para las arepas, leche, azúcar…) y otros como el papel higiénico o el jabón.
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Se sorprendieron -y yo también- de ver puestos repletos de verduras, cajas de cereales, pan integral de bolsa. Mi conclusión rápida fue que en Venezuela, o al menos en Caracas, hay comida. Aunque sea a un precio cada vez mayor por la inflación, y por ello inaccesible para la mayoría de la gente. Conviven tiendas con productos de lujo importados a precios muy superiores a los de Europa o Estados Unidos con supermercados en los que hay que hacer fila durante en busca de alimentos básicos a precios regulados que desaparecen con rapidez. En unos abunda el agua mineral con gas europea. En los otros es imposible ver el arroz, que pertenece a los productos de precio bajo, regulado, entre los que están los básicos para la dieta de un venezolano (harina de maíz precocinada para las arepas, leche, azúcar…) y otros como el papel higiénico o el jabón.
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