Fuente: ABC
Cerca de las 23:00 del domingo último, se registró de nuevo un molesto apagón que afectó a unos 12.000 pobladores de comunidades de este departamento, asentados en los distritos de Fuerte Olimpo y Carmelo Peralta. El corte de luz duró más de 18 horas y no fue causado por fenómeno climático alguno, sino más bien por la precariedad de la línea principal que transporta la energía proveniente de Itaipú.
Como siempre sucede, cada vez que se producen estos cortes en el suministro de energía, la reposición del servicio tarda varias horas y hasta días si el problema es mayor. Una de las zonas de constantes inconvenientes es la ubicada entre las poblaciones de Carmelo Peralta y Puerto la Esperanza (ex Puerto Sastre).
Las causas más comunes de los cortes son cables sueltos debido al choque de algún ave de gran tamaño, como garzas o tuyuyú. Debido a la cantidad de aisladores rotos existentes a lo largo de la línea que conduce la electricidad, tampoco funcionan los sistemas de fusibles razón por la cual los cables se sueltan cuando se produce algún contacto con estas aves. A esto se suman las conexiones precarias hechas en algunos establecimientos ganaderos, en los que inclusive utilizan alambres en lugar de cables, según refieren los propios responsables de la ANDE.
Sin embargo resulta difícil la fiscalización de este tipo de servicios debido a que la ANDE no cuenta con los móviles necesarios para realizar esa tarea y, en otros casos, hay complicidad de los propios funcionarios. Los trabajos de mantenimiento de estas líneas son tercerizados por la ANDE, pero se realizan en forma precaria y sin un control eficiente.
El obispo del Vicariato Apostólico del Chaco, monseñor Gabriel Escobar, en reiteradas ocasiones se manifestó contra esta irregularidad, alegando que el Estado paraguayo tiene el compromiso social de brindar un buen servicio a los pobladores de estas lejanas comunidades. El corte del día domingo solo pudo superarse en la tarde del lunes.