Fuente: Rio Negro
En momentos donde el sector petrolero es noticia por la baja del crudo y la fuerte retracción de inversiones, Vaca Muerta y otras formaciones no convencionales como Los Molles, Lajas o Sierra Blancas desafían la estadística.
Según los números que maneja el gobierno neuquino, en el primer semestre el aporte de shale y tight gas aumentó un extraordinario 41% interanual. Si bien la base de la que se parte es baja (el año pasado había yacimientos que producían unos pocos metros cúbicos), el gas no convencional tiene cada vez más peso en el concierto hidrocarburífero local: el 31% del recurso que sale del subsuelo neuquino proviene de formaciones no tradicionales. El año pasado, alcanzaba apenas el 24%.
Esta suba es más pronunciada que la que consignó este suplemento, por un error de cálculo, en su edición pasada. Aún así, la tendencia que reflejo aquella sigue vigente: si bien el gas aumenta de forma marcada, los números del sector en cuanto a producción de crudo, cantidad de equipos en el campo y pozos perforados cayeron a valores anteriores a Vaca Muerta.
Lo que parece una contradicción también tiene su explicación. Según explicaron fuentes del mercado a este medio, se perforan menos pozos pero más largos y de mayor productividad. A su vez, muchos de los yacimientos que arrancaron su actividad el año pasado recién ahora muestran sus frutos con la conexión de nuevos pozos.
El problema del no convencional es que la única forma de sostener la producción es perforando de forma casi frenética. Así como sube, la producción de shale y tight puede derrumbarse muy rápidamente si no se hacen nuevos pozos. El tiempo en este nuevo negocio no se mide en años, sino en meses.
Por otro lado, todos los proyectos que explican esta suba no convencional arrancaron el año pasado o en 2014 y se afianzaron gracias al precio de 7,5 dólares el millón de BTU que estableció el kirchnerismo y que decidió continuar –por otros medios– el macrismo. Esto, pese a que se acumula un largo año de deuda en las compensaciones a las petroleras, parte del cual se canceló con bonos con alguna dificultad para hacerlos líquidos.
La expectativa está puesta ahora en nuevos yacimientos con potencial gasífero como Bandurria o Río Neuquén.
El crecimiento coincide con la conexión de pozos y una mejora en la productividad. Pero el no convencional exige una perforación permanente. Los números 7,4% aumentó la producción global de gas neuquino en el último año. De a poco se revierte la baja desde el 2002. 3,4% es la caída del gas de yacimientos convencionales en el primer semestre.