Un emigrante sirio de 27 años ha muerto este domingo al hacer estallar los explosivos que llevaba, que han dejado a 12 personas heridas, tres de ellas graves, junto a un céntrico restaurante en la ciudad alemana de Ansbach, en el estado de Baviera. La explosión se produjo a las diez de la noche cuando los alrededores del establecimiento se encontraban llenos de gente debido a la celebración de un festival de música cerca del lugar. Fuentes policiales han informado a EL PAÍS que el alcalde dio la orden de parar la música y un agente comunicó a los 2.500 asistentes lo sucedido. Al no haber autobuses ni trenes operativos a esa hora, la mayoría, vecinos de poblaciones aledañas, recorrió el camino de vuelta a casa a pie.
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