Los precios del petróleo han aumentado alrededor de un 34 por ciento en los últimos seis meses, y se encaminan al mejor comienzo de año desde 2009. También han ayudado a los productos básicos a superar otras clases principales de activos durante la primera mitad del año.
FUENTE: LOS TIEMPOS

Los datos muestran que los rendimientos totales del índice de productos básicos de Bloomberg, que realiza un seguimiento de las ganancias de 22 contratos de materias primas, son superiores al 20 por ciento. Esto se compara con los bonos globales, aproximadamente al 9 por ciento, y los valores globales que han caído casi un 3 por ciento.

El precio del crudo Brent, de referencia internacional, ha aumentado de 37,28 dólares por barril a principios de 2016 a 50,10 ayer. El marcador estadounidense West Texas Intermediate ha subido 31 por ciento durante este período de seis meses hasta los 48,76 por barril. El aumento del precio del Brent es el mayor desde un repunte del 52 por ciento hace siete años. Las fallas de suministro en países como Nigeria y Libia han impulsado el precio del crudo en los últimos meses, aunque la disminución de la producción de los campos de esquisto de Estados Unidos también ha contribuido. El voto emitido hace dos semanas por Reino Unido a favor de abandonar la Unión Europea (UE) ha provocado cierta debilidad en los precios del petróleo, pero los analistas dicen que el reequilibrio de la oferta y la demanda ya se ha puesto en marcha tras la mayor caída de los precios en una generación. Dentro del índice de productos básicos de Bloomberg, la harina de soya (ingrediente de los alimentos para animales) marcha a la cabeza con una ganancia del 45 por ciento. El azúcar ha subido 32 por ciento; el zinc, 29 por ciento, y el oro, 24 por ciento.

Es un cambio evidente en comparación con los últimos cinco años, en los que los inversionistas en productos básicos se vieron muy afectados conforme el auge de la producción estadounidense de petróleo y gas de esquisto, la desaceleración económica china y las excelentes cosechas agrícolas afectaron los precios de las materias primas. Este año, el oro ha subido un 24 por ciento hasta los 1,316 dólares la onza troy, pues los inversionistas lo han considerado un valor refugio debido a las preocupaciones sobre la salud de la economía mundial en medio de rendimientos negativos de los bonos globales y la incertidumbre provocada por el "Brexit" y el crecimiento chino. La debilidad del dólar también ha hecho que el oro y el petróleo (que se cotizan en dólares) sean más baratos de comprar, para los tenedores de otras monedas. Han disminuido las probabilidades de que la Reserva Federal suba más las tasas de interés, un punto positivo para el oro, pues no aporta rendimiento.

El zinc, que se utiliza para galvanizar el acero, ha subido 30 por ciento este año hasta su nivel máximo en 12 meses conforme recortes en la extracción del metal han comenzado a surtir efecto, y los analistas esperan una escasez para este año. El azúcar ha subido por encima de los 20 centavos por libra, el nivel más alto desde 2012, pues un consumo récord redujo las existencias. Las fuertes lluvias y las heladas también han generado interrogantes sobre la cosecha en Brasil, el mayor productor, según Citigroup. Los mercados de cereales y soya repuntaron fuertemente a mediados de junio por temores de que las inundaciones en Argentina, la sequía en Brasil y el empeoramiento de las condiciones durante la temporada estadounidense de siembra pudieran reducir los crecientes suministros mundiales. La harina de soya se recuperó principalmente a causa de la fuerte demanda de la industria de la carne.

La mejoría de las condiciones climáticas y un informe estatal pusieron más presión sobre los granos. El informe, publicado el jueves de la semana pasada, reveló que los agricultores estadounidenses plantaron una cifra récord de 83,7 millones de acres de soya esta primavera y aumentaron sorpresivamente la superficie cultivada de maíz en un 7 por ciento hasta los 94,1 millones de acres. Los suministros de granos estadounidenses también superaron las expectativas. Sin embargo, el precio de la soya aumentó porque los comerciantes anticiparon que incluso la cifra récord de superficie cultivada no sería suficiente para satisfacer la creciente demanda.