FUENTE: LOS TIEMPOS
Un informe del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) difundido ayer, indicó que la Red de Salud de la provincia de Dátem del Marañón entregó bidones y pastillas potabilizadoras de agua a los perjudicados, quienes pertenecen al municipio de Barranca. La Autoridad Nacional del Agua (ANA) realizó un seguimiento a la calidad del agua superficial de la zona para determinar su grado de afectación.
La Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL) de Dátem del Marañón, gestionó con la Dirección Regional de Educación de Loreto la entrega de material pedagógico de emergencia para los escolares afectados. El Ministerio de Salud declaró el pasado jueves emergencia sanitaria en la zona por 90 días porque el riachuelo afectado es fuente de agua para el consumo humano. El vertido se produjo hace once días a causa de una rotura en la tubería, que hizo aflorar alrededor de 600 barriles, a pesar de que en ese punto el oleoducto se encuentra soterrado a 2,2 metros de profundidad. La fuga se conoció después de que la estatal Petroperú, operadora del oleoducto, bombeara crudo pese a que existe una orden de mantener las operaciones suspendidas en la instalación.
Un informe del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) difundido ayer, indicó que la Red de Salud de la provincia de Dátem del Marañón entregó bidones y pastillas potabilizadoras de agua a los perjudicados, quienes pertenecen al municipio de Barranca. La Autoridad Nacional del Agua (ANA) realizó un seguimiento a la calidad del agua superficial de la zona para determinar su grado de afectación.
La Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL) de Dátem del Marañón, gestionó con la Dirección Regional de Educación de Loreto la entrega de material pedagógico de emergencia para los escolares afectados. El Ministerio de Salud declaró el pasado jueves emergencia sanitaria en la zona por 90 días porque el riachuelo afectado es fuente de agua para el consumo humano. El vertido se produjo hace once días a causa de una rotura en la tubería, que hizo aflorar alrededor de 600 barriles, a pesar de que en ese punto el oleoducto se encuentra soterrado a 2,2 metros de profundidad. La fuga se conoció después de que la estatal Petroperú, operadora del oleoducto, bombeara crudo pese a que existe una orden de mantener las operaciones suspendidas en la instalación.