En una nueva carta dirigida al presidente de Petróleos de Venezuela (PDVSA), Ing. Eulogio Del Pino, el titular de Petropar, Eddie R. Jara Rojas, aclaró que la exigencia del “pago inmediato” del 60% de la deuda reclamada por la venezolana no condice con las “reales posibilidades financieras” del ente estatal paraguayo.
Fuente: ABC
  
No obstante, reitera que está dispuesto a pagarla en condiciones más favorables. En la misiva, el presidente de Petropar, Eddie Jara, vuelve a instar a PDVSA a que opte por soluciones amistosas que conduzcan a la implementación de mecanismos financieros y de pago que satisfagan, tanto a la petrolera venezolana como a Petropar, “sin que ello implique un menoscabo del crédito, ni tampoco la aceptación de “condiciones imposibles o extremadamente onerosas” para Petropar, conforme al espíritu y a la letra del Acuerdo de Cooperación Energética de Caracas del año 2004, suscrito por ambos países. Añade que, si bien anteriores presidentes de ambos entes suscribieron contratos de provisión, un contrato de refinanciamiento y sus respectivas adendas, estos documentos no pueden contradecir un acuerdo internacional previamente firmado. “No hace falta señalar, por ser de perogrullo, que todos los contratos y acuerdos suscritos entre las partes están sometidos al Acuerdo de Cooperación Energética de Caracas, y si bien el suministro se debía efectuar conforme a las condiciones generales de contratación de PDVSA, en los aspectos no regidos por el acuerdo internacional mencionado, tal disposición no es óbice para el otorgamiento del financiamiento de largo plazo de hasta el 25% del total de la operación comercial, en concordancia a lo establecido en el mencionado acuerdo internacional”.
 
Facturación total: US$ 1.800 millones
 
Sobre el punto, la carta recuerda que el valor total facturado por PDVSA ha sido de US$ 1.881.285.794,55, que Petropar considera que cumple con el presupuesto previsto en el acuerdo de Caracas, ratificado por ambos Estados, para que Petropar y la República del Paraguay puedan acceder a dicho financiamiento de 15 años que (a criterio de Petropar) “efectivamente se halla en curso, si sopesamos la conducta hasta aquí de las partes con relación a la deuda, al haber transcurrido ya ocho años desde el suministro y la facturación”. Sostiene asimismo que Petropar no reniega del cumplimiento de su obligación, a través de mecanismos financieros que, sin afectar los derechos de PDVSA, le permitan obtener condiciones favorables de pago. “No es menos cierto que la intención actual de PDVSA, de dar por vencida la deuda y cobrar íntegramente el capital y los intereses, no se encuentra amparada por los términos acordados en el Acuerdo de Cooperación Energética de Caracas, en virtud del cual PDVSA y la República de Venezuela acordaron otorgar un financiamiento de largo plazo a 15 años”, destaca.
 
Insisten en equivocada interpretación
 
Petropar persiste en una errática interpretación del Acuerdo Energético de Caracas (AEC) para intentar llegar “a un acuerdo” sobre su deuda impaga, cuya primera factura ya venció hace casi 8 años (noviembre de 2008). Insiste en una apreciación incoherente del AEC, en la que, por un lado, pretenden hacer prevalecer, pero por el otro, lo violan. Al empeñarse en el financiamiento de largo plazo (15 años) cita en su nueva carta (ver arriba) “que el valor total facturado por PDVSA de 1.881.285.794 dólares se considera que se cumple el presupuesto previsto en el AEC”, cuando en ninguna parte del aludido acuerdo dice que del total de la provisión venezolana el 25% es lo que se puede financiar. Lo que sí refiere el AEC, que en el caso de darse un financiamiento a plazo, se tomará como fecha de referencia 30 días después del conocimiento del embarque, y a partir de ahí tomar el 25% de cada cargamento. Pero en este caso ya pasaron casi 8 años del conocimiento de embarque. Además, en los casos de todos los países con los que PDVSA suscribió un acuerdo energético similar –Uruguay, Argentina, etc.–, la aplicación del financiamiento a largo plazo se realizó por cada cargamento, como también reza el nuestro. Y toda esta posibilidad que mencionamos recién podría considerarse tras cumplirse los requisitos legales previos, como una ley del Congreso que habilite la deuda, que tampoco se dio en este caso, y se depende de la voluntad de Venezuela, que tampoco hay.