FUENTE: LA PRENSA
Los analistas económicos Alberto Bonadona y Emilio Evia señalaron que el informe podría tener repercusión en la tasa de interés que logren los 1.000 millones de dólares en bonos soberanos que se prevén emitir este año al mercado internacional, aunque se debe tener en cuenta que se trata de una perspectiva por lo que no debe causar alarma.
En un informe publicado el pasado 10 de junio, Moody’ señala que su decisión de cambiar la perspectiva de las calificaciones de los bonos del Gobierno se debe a un aumento del déficit fiscal y de la cuenta corriente de Bolivia, así como a la falta de medidas de ajuste fiscal para compensar la reducción de los ingresos por hidrocarburos. Moody’s, una de las tres más grandes compañías especializadas en el análisis de riesgos financieros del mundo, fundamenta que la posición fiscal y externa de Bolivia se debilitaron debido a la caída de los precios de los hidrocarburos.
El déficit fiscal aumentó al 6,6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2015 cuando estaba prácticamente en equilibrio en el periodo 2011-2014, y estima que se mantendrá por encima del 6 por ciento entre 2016 y 2017. También prevé que el Gobierno mantendrá el ritmo de la inversión pública para apoyar el crecimiento económico aún a costa de un mayor déficit fiscal. También señala que la balanza comercial se convirtió en deficitaria en 2015 llegando al 6,9 por ciento del PIB y podría subir a 7 por ciento entre 2016 y 2017, “lo que refleja en parte los planes del Gobierno para mantener el ritmo de la inversión pública”. Además, Moody’s ve que las autoridades no prevén introducir medidas de ajuste fiscal en respuesta a la caída de los ingresos relacionados con la energía. Por esta razón, es probable que el perfil crediticio de Bolivia sufra la ausencia del recorte de gastos.
Evia explicó que el informe es una previsión de la calificadora sobre lo que puede pasar más adelante con los bonos bolivianos y “lo que dice es que hay una probabilidad de que más adelante podamos tener una calificación aún menor”; pero es una práctica periódica y no en función a un hecho específico. Para Bonadona, la calificación de Moody’s refleja que el país “no se proyecta con la solvencia económica que tenía antes” y señaló que, si bien es una evaluación periódica, “está observando cambios fundamentales que deben ser introducidos en la evaluación de riesgo país”.
Sobre los bonos que el Gobierno tiene proyectado emitir este año explicó que “si tienen alta calificación entonces (el mercado internacional) está dispuesto a pagar más, si tienen menos calificación, están dispuestos a pagar menos”. Así, si el mercado paga más por los bonos, la tasa de interés es más baja, si el mercado paga menos significa que la tasa de interés es más alta. “Un deterioro de la calificación puede generar un menor apetito por estos papeles (bonos)”, sostuvo. Bonadona sostiene que es una situación de mercado que no necesariamente va a afectar a la situación boliviana.
CALIFICACIÓN DE DEUDA
Moody’s señala que su decisión de afirmar la calificación de los bonos de Bolivia en Ba3 fue impulsada por los sólidos indicadores crediticios del país en relación con otros calificados con -Ba. Sobre su deuda externa señala que más del 60 por ciento es con acreedores multilaterales en condiciones favorables y vencimientos a largo plazo, lo que reduce el riesgo de renovación.
Los analistas económicos Alberto Bonadona y Emilio Evia señalaron que el informe podría tener repercusión en la tasa de interés que logren los 1.000 millones de dólares en bonos soberanos que se prevén emitir este año al mercado internacional, aunque se debe tener en cuenta que se trata de una perspectiva por lo que no debe causar alarma.
En un informe publicado el pasado 10 de junio, Moody’ señala que su decisión de cambiar la perspectiva de las calificaciones de los bonos del Gobierno se debe a un aumento del déficit fiscal y de la cuenta corriente de Bolivia, así como a la falta de medidas de ajuste fiscal para compensar la reducción de los ingresos por hidrocarburos. Moody’s, una de las tres más grandes compañías especializadas en el análisis de riesgos financieros del mundo, fundamenta que la posición fiscal y externa de Bolivia se debilitaron debido a la caída de los precios de los hidrocarburos.
El déficit fiscal aumentó al 6,6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2015 cuando estaba prácticamente en equilibrio en el periodo 2011-2014, y estima que se mantendrá por encima del 6 por ciento entre 2016 y 2017. También prevé que el Gobierno mantendrá el ritmo de la inversión pública para apoyar el crecimiento económico aún a costa de un mayor déficit fiscal. También señala que la balanza comercial se convirtió en deficitaria en 2015 llegando al 6,9 por ciento del PIB y podría subir a 7 por ciento entre 2016 y 2017, “lo que refleja en parte los planes del Gobierno para mantener el ritmo de la inversión pública”. Además, Moody’s ve que las autoridades no prevén introducir medidas de ajuste fiscal en respuesta a la caída de los ingresos relacionados con la energía. Por esta razón, es probable que el perfil crediticio de Bolivia sufra la ausencia del recorte de gastos.
Evia explicó que el informe es una previsión de la calificadora sobre lo que puede pasar más adelante con los bonos bolivianos y “lo que dice es que hay una probabilidad de que más adelante podamos tener una calificación aún menor”; pero es una práctica periódica y no en función a un hecho específico. Para Bonadona, la calificación de Moody’s refleja que el país “no se proyecta con la solvencia económica que tenía antes” y señaló que, si bien es una evaluación periódica, “está observando cambios fundamentales que deben ser introducidos en la evaluación de riesgo país”.
Sobre los bonos que el Gobierno tiene proyectado emitir este año explicó que “si tienen alta calificación entonces (el mercado internacional) está dispuesto a pagar más, si tienen menos calificación, están dispuestos a pagar menos”. Así, si el mercado paga más por los bonos, la tasa de interés es más baja, si el mercado paga menos significa que la tasa de interés es más alta. “Un deterioro de la calificación puede generar un menor apetito por estos papeles (bonos)”, sostuvo. Bonadona sostiene que es una situación de mercado que no necesariamente va a afectar a la situación boliviana.
CALIFICACIÓN DE DEUDA
Moody’s señala que su decisión de afirmar la calificación de los bonos de Bolivia en Ba3 fue impulsada por los sólidos indicadores crediticios del país en relación con otros calificados con -Ba. Sobre su deuda externa señala que más del 60 por ciento es con acreedores multilaterales en condiciones favorables y vencimientos a largo plazo, lo que reduce el riesgo de renovación.