La asunción de Michel Temer a la presidencia de Brasil reinstala la sintonía fina política y económica entre ambos mercados; qué desafíos internos enfrenta el gabinete de Temer y cómo puede evolucionar la relación comercial con la Argentina.
LA NACIÓN

Si Brasil está en problemas es un problema para la Argentina. Con Michel Temer en ejercicio de la presidencia por 180 días (y probablemente hasta 2018, fecha de las próximas elecciones), los ojos están puestos en sus principales funcionarios y las medidas que rápidamente tome Temer para legitimar su estancia en el poder. La dependencia económica de la Argentina con Brasil obliga al gobierno de Mauricio Macri a seguir de cerca los pasos que tomen Henrique Meirelles en Hacienda y José Serra en Cancillería, con una agenda que va desde reducir el gasto y el déficit fiscal, por un lado, a ampliar la base comercial externa acercándose a la Alianza del Pacífico, por el otro.

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