Tal vez con la excepción de los cubanos de la época de la Guerra Fría, los latinoamericanos nunca hemos pensado mucho en los productos rusos a la hora de satisfacer nuestras necesidades de consumo cotidiano.
BBC Mundo

Pero que no haya muchos productos rusos en el supermercado de la esquina no quiere decir que el comercio con Rusia sea poco importante para nuestras economías. Los países de América Latina han dedicado grandes esfuerzos en la última década a diversificar los destinos de su comercio, tras años marcados por su dependencia de EE.UU.

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